San Juan, 17 de septiembre.

Diez anotaciones. El América fue a Puerto Rico y le dejó caer en cascada un gol tras otro hasta completar el 1-10 con el que aplastó al Bayamón. Una barbaridad de anotaciones que caían sin que los boricuas pudieran evitar la deshonra ante un cuadro mexicano integrado en su mayoría por suplentes, en el estadio Juan Ramón Loubriel, en la Liga de Campeones de Concacaf.

Ya ni siquiera celebraban. Parecía de mal gusto festejar ante un rival tan débil. Ni siquiera Luis Gabriel Rey, quien marcó un triplete, ni Martín Zúñiga que también encajó otro, ni Emilio Sánchez con su par de anotaciones, ni Gonzalo Díaz que se estrenó con la camiseta del América, ni Burón.

Nadie tuvo el descaro de alardear cuando sintieron las dimensiones de lo que ocurriría en la cancha del Bayamón.

Al terminar todos parecían resignados. El técnico Antonio Mohamed apenas hizo un mohín ante su homólogo del cuadro puertorriqueño, Aurelio Ruiz, los árbitros y los jugadores americanistas. Era una goleada humillante.

Todos menos uno. El portero del Bayamón, Maximiliano Torlacoff, era el único que parecía que estaba viviendo la peor pesadilla que jamás imaginó. Cada vez que la pelota sacudía las redes, el rostro desencajado del arquero dejaba entrever el tamaño de su tragedia.

El primer tanto cayó apenas a los dos minutos de iniciado el partido. Rey controló con el muslo derecho y disparó con la zurda en un alarde de técnica. Un gol tempranero que anticipaba el martirio de los locales.

Un minuto después caía el segundo, cuando Díaz entró por la izquierda y Burón llegó sin marca para empujar con la cabeza.

Y a los 60 segundos otra vez Rey anotaba en la oportunidad con un tiro de primera intención dentro del área. Ni siquiera habían transcurrido cinco minutos y el cuadro mexicano ya estaba arriba por tres goles.

A los 14 minutos Díaz se estrenó con los colores americanistas cuando prendió un rebote que mandó al fondo del arco para el cuarto tanto. Y en ese momento el rostro del arquero Torlacoff ya revelaba terror.

Dejaron de caer tantos por varios minutos, pero al 34 Rey volvió a agitar las aguas y en jugada a balón parado tocó levemente la pelota, apenas para que Moisés Velasco se la detuviera, y disparó con potencia al ángulo para el conseguir el quinto tanto.

Poco antes de que terminara el primer tiempo, al 41, Martín Zúñiga abrió su propia cuenta y desde fuera del área disparó con furia para el sexto.

Al volver del descanso, parecía que el Bayamón trataría de disminuir la pesada carga. Cuando al 46 Hosman Ramos aplicó un globito al portero americanista Hugo González, quien no pudo alcanzar el tiro de Antonio Madueña que terminó en el fondo de la red. Era el 1-6 que daba alguna chance de descontar más a los de casa.

Pero al 57 Martín Zúñiga mostraba su deseo de alcanzar a Rey y anotaba de cabeza el 1-7.

Diez minutos después Emilio Sánchez se metía a la cuenta goleadora al asestar el octavo de las Águilas, que consiguió en un rebote al que llegó barriéndose.

Y otra vez en un par de minutos el arquero Torlacoff volvió a ser el rostro del horror cuando al 86 Zúñiga consumó su triplete tras un tiro de esquina que remató con un cabezazo, y un minuto después Sánchez conseguía su segundo tanto y el décimo de una noche de miedo para el Bayamón.