El Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó el método para verificar la autenticidad de las firmas incluidas en las solicitudes de consultas ciudadanas. Además de la depuración por registros con fallas y el cotejo de datos con el listado nominal de electores, 850 ciudadanos (elegidos al azar) serán visitados en sus domicilios para comprobar si realmente firmaron las cédulas.

Los funcionarios electorales afirman que esta muestra, tomada por cada bloque de registros recibidos (una por cada consulta), tiene una validez estadística de 95 por ciento y será, por tanto, un ejercicio muy sólido.

Precisaron que no interrogarán a los ciudadanos ni emitirán veredictos sobre ello, sólo elaborarán un reporte y lo entregarán al Congreso de la Unión.

Adicionalmente, se acordó el procedimiento de quita de firmas en caso de que se detecte una duplicidad de rúbricas superior a 20 por ciento en una de las solicitudes de consulta sobre un mismo tema.

El mecanismo es descontarlas de la contabilidad del partido inscrito después del primer turno; el número uno en presentar la solicitud de consulta fue el PRD y ayer se recibió la del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

No obstante, tanto Morena como el PRD afirman que con la entrega de más de 2 millones de firmas cada uno tienen un margen amplio para que la depuración, a cargo del INE, no les impida cumplir el requisito de acreditar al menos un millón 540 mil registros, equivalentes a 2 por ciento del listado nominal de electores, con corte al 14 de marzo pasado.

Este punto desató una prolonhada discusión entre los integrantes del Consejo General del INE. Algunos advirtieron que no debe coartarse el derecho de participación de los ciudadanos en las consultas populares que sean de su interés.

El cúmulo de cambios planteados al documento original de criterios provocó incluso un receso durante la sesión extraordinaria del Consejo General.

René Miranda, director del Registro Federal de Electores (RFE), manifestó que la Ley de Consulta Popular señala algunos mecanismos, pero no la acotación de todo el proceso, y tampoco sobre los efectos de la información que entregue el INE al Poder Legislativo, a más tardar en 30 días naturales contados a partir de que se recibió la documentación.

Tampoco indica los detalles de la verificación en campo, por lo que el área a su cargo deberá emitir un protocolo de la visita domiciliaria.

En caso de que se detecte 20 por ciento de firmas duplicadas, se confirmó que se quitaría el excedente en aquella consulta presentada posteriormente al INE. Dijo que será un mes muy arduo para algunas áreas del RFE, pero tienen capacidad para entregar los informes de las cuatro consultas solicitadas.

Horacio Duarte, representante de Morena ante el INE, pidió garantías para que no haya mano negra en el resguardo y revisión de las cajas que contienen las firmas, con el propósito de que no se usen las firmas de una consulta para apoyar otras.

El trabajo del INE es verificar la autenticidad de las firmas, y la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinará si las preguntas planteadas son constitucionales, para llevarlas a juicio de los ciudadanos el próximo 7 de junio junto a la elección federal,.

El presidente del INE, Lorenzo Córdova, subrayó que las consultas no pueden aplicarse en cualquier momento, sino cada tres años, de manera recurrente con los comicios federales.

“Aquí estamos –dijo– ante un tipo de restricciones de procedimiento. El problema es determinar si el requisito de que al menos 80 por ciento de las firmas, salvo la primera, que sustentan una consulta sean, déjenme llamarlo así, originales.”