Para Christian Giménez es el momento en que Cruz Azul tiene que despertar, mientras para Mauro Formica no es tan dramática la situación de La Máquina, ya que sólo están a un punto de la zona de clasificación.

No es el arranque ideal que tuvimos en el torneo pasado, pero estamos a una unidad del octavo (lugar) y el objetivo que tenemos es avanzar dentro de los ocho primeros, comentó ayer Formica tras la práctica del equipo en La Noria.

Después de siete fechas en este torneo Apertura 2014 los Cementeros se ubican en el décimo puesto con nueve unidades; un punto abajo del Querétaro.

Formica consideró que en general el equipo está sólido tanto en defensa como en mediocampo. Por ahí tenemos que mejorar un poco arriba, en el ataque, y lastimar en el momento justo.

A Mariano Pavone se le carga toda la responsabilidad por la falta de contundencia, pero es trabajo de todos los que estamos arriba tratar de meter el gol, señaló. Piensa que el receso de esta semana les viene bien para encontrar nuestro nivel.

Chaco Giménez, por su parte, señaló que se sienten comprometidos y en deuda con nuestra gente, pero todavía estamos a tiempo de mejorar. El compromiso está. Somos un grupo en el que tenemos autocrítica y no hemos hecho un buen torneo.

Para él es momento de despertar. Queda mucho torneo por delante, pero hoy tenemos que hablar del presente y éste indica que tenemos nueve puntos y no son los que deseamos.

–¿Hay un grupo desesperado?

–No, hay uno comprometido. Obviamente cuando no llegan los resultados empiezas a desesperarte, pero somos adultos y sabemos que debemos estar comprometidos y que hoy, mirando la tabla (de clasificación), no nos gusta estar en el décimo lugar. Tenemos que estar más arriba y es el compromiso de todos.

Para su compañero Luis Amaranto Perea es obligatorio ganar ya y confía en que todo cambie en los próximos encuentros para demostrar que seguimos siendo un equipo grande.

En tanto, el delantero Aníbal Zurdo no sólo lamentó su falta de puntería ante el arco, sino su suerte, ya que sufrió una fractura en un dedo del pie izquierdo, que lo dejará fuera de las canchas al menos dos semanas.