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Panorama de país

India: incierto comienzo de gobierno

Modi deberá hacer frente a mecanismos políticamente arraigados para reducir la inflación a largo plazo

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Una vendedora de ídolos que representan al dios hindú Ganesh espera clientes en el primer día del festival con el que se celebra a esa deidad, en Chaturthi, en Jammu, India. Ganesh es venerado como el dios de la sabiduría, la prosperidad y la buena fortuna. Las celebraciones comenzaron el 29 de agosto y duran diez díasFoto Ap
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Conductores de bicicitaxis descansan en el casco antiguo de la ciudad de DehliFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Martes 2 de septiembre de 2014, p. 28

El 26 de agosto se cumplieron tres meses de que Narendra Modi, del Partido Bharatiya Janata (PBJ), rindió protesta como el primer ministro número 15 en la historia de India. Aunque la enfática victoria electoral del BJP en las elecciones generales de este año –en las que se produjo la primera mayoría simple en la Lok Sabha (la cámara baja del Parlamento)–, y la resultante coronación de Modi, fueron muy bien recibidas por el sector privado, el desempeño del nuevo gobierno a la fecha parece haberse quedado corto respecto de las altas expectativas de la comunidad empresarial.

Sin duda, los datos económicos han mejorado un poco a partir de mayo. Si bien volátil de mes a mes, la actividad industrial parece estar en las fases tempranas de una recuperación, pues el promedio movible de crecimiento trimestral de la producción industrial ha llegado casi a 3.9 por ciento anual (el máximo en tres años) en junio. El índice de compras de manufacturas, que proporciona una medida más oportuna, llegó a 53 en julio, la lectura más alta desde febrero de 2013. (Una lectura de más de 50 significa crecimiento positivo). Entre tanto, la inflación de precios al consumidor se ha moderado. Descartando fluctuaciones mensuales, la tasa movible trimestral promedio de inflación se redujo a 7.9 por ciento anual en julio, la más baja desde mediados de 2008. Si bien es muy temprano para concluir que esas mejoras derivan de las medidas tomadas por el gobierno actual, hasta ahora los números han dado a las empresas motivos para aplaudir.

Reformas pendientes

Haciendo a un lado los datos positivos recientes, sería apresurado afirmar que el gobierno de Modi comienza a llevar a India en la dirección correcta. Para empezar, las medidas que ha tomado para contener la inflación han sido en su mayoría de corto plazo, rápidos ajustes que no atienden por completo los factores estructurales subyacentes en los problemas inflacionarios del país. Como sostuvimos en fecha reciente, Modi tendrá que hacer frente a mecanismos antiguos y políticamente arraigados, como los precios de garantía que se pagan a los agricultores, para reducir la inflación a largo plazo. No sorprende, pues, que la expectativa de inflación en los hogares se mantenga en niveles altos de dos dígitos: en el segundo trimestre las expectativas de tasa de inflación anual quedaron por ahora en 12.8 por ciento, según la más reciente encuesta del Banco de la Reserva de India.

Otro desafío esencial para Modi es la necesidad urgente de impulsar el ciclo de inversión. De hecho, una razón principal del descenso económico de los años pasados ha sido la marcada reducción del gasto de inversión. El crecimiento de la formación de capital fijo bruto ha sido, para todas las intenciones y propósitos, nulo desde el año fiscal 2012/13 (abril-marzo), a un promedio de apenas 0.3 por ciento en los dos años pasados, cifra muy por debajo del promedio anual de 12 por ciento que se vio en la década precedente. Según el Centro de Observación de la Economía India, de carácter privado, más de 500 proyectos de inversión por un total de 105 mil mdd fueron archivados, abandonados o quedaron estancados en el año fiscal anterior. Los inversionistas en India continúan enfrentando gran cantidad de problemas, entre ellos dificultades para obtener licencias ambientales y adquirir tierra para proyectos de infraestructura.

Resulta alentador que el gobierno haya dado algunos pasos para ayudar a agilizar los permisos ambientales. En junio, el Ministerio de Medio Ambiente y Bosques lanzó un servicio en línea para procesar estos trámites. Un mes después presentó una plataforma similar para permisos forestales, y se comprometió a adoptar un sistema similar para licencias mineras antes de marzo de 2015. Está por verse la efectividad que tendrán estos sistemas para facilitar a los desarrolladores la navegación por la notoriamente ineficiente burocracia india. Sin embargo, estas iniciativas muestran que el nuevo gobierno está atento a las necesidades de los negocios.

No se puede decir lo mismo en lo referente a la adquisición de tierras. El gobierno de Modi podría emprender el proceso de reformas diluyendo las estrictas normas de la ley de adquisiciones de tierras promulgada en 2013 por el anterior gobierno del Partido del Congreso Nacional. Si bien las nuevas normas son elogiables por atender algunas de las incertidumbres que los inversionistas enfrentaban antes, bajo una legislación mucho más antigua –que se remonta a 1984–, la ley de 2013 requiere que los compradores compensen a los propietarios hasta con cuatro veces el valor de mercado de la tierra rural, y dos veces el de zonas urbanas (entre otras condiciones onerosas).

Un aspecto crucial es que el panorama político para que Modi procure una reforma sobre propiedad de la tierra parece ser propicio con los gobiernos estatales, incluso algunos encabezados por el Partido del Congreso, que están a favor de enmiendas para aligerar las condiciones de compra. Sin embargo, no ha habido un impulso lo bastante fuerte del nuevo gobierno sobre este tema en sus tres primeros meses.

Limitaciones de Modi

Pese al fuerte mandato electoral recibido por el PBJ (y a la alta popularidad de Modi), los contornos del sistema político de India significan que cualquier proceso de reformas económicas avanzará con lentitud. En contraste con la rienda suelta del gobierno chino sobre las políticas, Modi tiene que contender con un puñado de restricciones. Una es la posición inferior de su partido en la Rajya Sabha (la cámara alta), donde el PBJ y sus aliados siguen siendo minoría. Otro es la estructura federal del país, que da voz a los gobiernos estatales en diversos asuntos. Por el momento, el partido en el poder tiene control directo sólo sobre cinco de los 29 gobiernos estatales. En términos generales, aún no se puede augurar que el gobierno de Modi será el heraldo de nuevos tiempos por venir, pues su arranque más lento de lo previsto en los primeros tres meses ha planteado dudas sobre su compromiso con la reforma económica.

Economist Intelligence Unit

Traducción: Jorge Anaya

En asociación con Infoestratégica