Dramática reducción de la disponibilidad anual de agua por habitante en 55 años: ONG
Domingo 31 de agosto de 2014, p. 13
El derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico de la mina de Cananea sobre los ríos Bacoachi y Sonora es considerado la punta del iceberg
de muchos otros vertidos tóxicos, entre ellos metales pesados, altamente dañinos para la salud ambiental y humana.
La liberación de metales como el hierro, cobre, cadmio, plomo, arsénico –de acuerdo con la Red Mexicana de Afectados por la Minería, el Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos, así como Greenpeace– trae consecuencias a mediano y largo plazos.
En México, más de 70 por ciento de los cuerpos de agua presentan algún grado de contaminación lo que ocasiona graves problemas de disponibilidad y acceso al líquido vital. La disponibilidad anual de agua por habitante en el país ha tenido una dramática reducción en los últimos 55 años, al pasar de 11 mil 500 metros cúbicos (m3) en 1955 a 4 mil 263 m3 en 2011. Peor aún, planteó Greenpeace en un análisis de hace dos años, se prevé que para 2025 esta cantidad se reducirá a menos de 4 mil m3.
En los ríos de México encontramos metales altamente tóxicos como mercurio, plomo, cromo, cadmio y otros compuestos dañinos, como el tolueno o el benceno
, aunque, de acuerdo con la agrupación, lo peor es que desconocemos la mayoría de los compuestos tóxicos de la mayoría de nuestros ríos, porque no han sido estudiados
.
Greenpeace ha destacado entre los casos emblemáticos de ríos contaminados el Atoyac (Puebla, Tlaxcala y Oaxaca), el Lerma-Santiago (estado de México, Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Nayarit), pero advierte que es un problema en todo el país.
Diariamente, conforme a la organización, cientos de sustancias altamente tóxicas, como el nonil-fenol o el benceno, son vertidas a los ríos mexicanos. El nonil-fenol se usa, entre otros procesos, para el teñido de textiles y es un disruptor hormonal; el benceno se usa en numerosos procesos y es reconocido como cancerígeno. Hace tres días, la autoridad levantó parcialmente la emergencia por el derrame de ácido sulfúrico sobre el río Sonora.
Para la Red Mexicana de Afectados por la Minería y el Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos las autoridades han mostrado una complicidad con Grupo México, dueño de la planta minera que ha causado la contaminación de la cuenca en Sonora.
Ello no es nuevo, plantearon en un pronunciamiento conjunto, pues los habitantes de la región conocen al menos otras cinco veces más en las que las presas han tenido fugas, siendo ésta la más grave por la cantidad de químicos vertidos. En todas, la minera ha ocultado información y no ha hecho planes de remediar los daños.
Consideran que la multa que se le ha impuesto a la minera no es la adecuada, debido a que no cubre los daños causados por la fuga del químico.