Jueves 28 de agosto de 2014, p. 2
París, 27 de agosto.
Científicos enterrados en una montaña lograron por primera vez observar el núcleo del Sol a través de sus emisiones de neutrinos, escurridizas partículas elementales que demostraron al pasar que la estrella seguirá brillando por lo menos 100 mil años más.
Si es cierto que los ojos son el espejo del alma, entonces con estos neutrinos no sólo estamos viendo el rostro del Sol, sino también su núcleo. Hemos logrado vislumbrar el alma del Sol
, anunció Andrea Pocar, físico de la Universidad de Massachusetts en Amherst, que participó en este descubrimiento efectuado gracias al detector Borexino bajo mil 400 metros de roca en el laboratorio del Gran Sasso de Italia.
La energía del Sol proviene en 99 por ciento de la fusión de núcleos de hidrógeno en el corazón de la estrella. Esta reacción transforma dos protones (partículas de carga positiva) en un núcleo de deuterio (una forma de hidrógeno) y libera entre otras partículas un neutrino de baja energía denominado neutrino pp
(protón-protón
), resume el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, que participó en el experimento.
Sin carga eléctrica y poco sensible a la gravedad
Desprovistos de carga eléctrica y muy poco sensibles a la gravedad, los neutrinos interactúan escasamente con los átomos y atraviesan, por tanto, la materia casi sin consecuencias.
Esas características permiten a los neutrinos pp
producidos por el corazón del Sol atravesar en pocos segundos el plasma solar y llegar a la Tierra apenas ocho minutos más tarde, a una velocidad cercana a la de la luz. Un bombardeo masivo, pero indoloro de nuestro planeta, a razón de decenas de miles de partículas por cm2 cada segundo.
Inversamente, la energía producida por esta reacción es transportada bajo la forma de fotones y demorará cien o doscientos de miles de años en atravesar la materia densa del Sol
antes de llegar a su superficie y después a la Tierra.