Anuncia plan para mejorar el cruce en la frontera con California
Miércoles 27 de agosto de 2014, p. 10
Sacramento, California, 26 de agosto.
En el Capitolio de California ante legisladores demócratas y republicanos, el presidente Enrique Peña Nieto reiteró la posición de su gobierno en favor de una reforma migratoria en Estados Unidos.
“México apoya la concreción de acuerdos que permitan hacer realidad la reforma migratoria, porque ésta sería simplemente una acción de justicia’’, planteó el mandatario mexicano ante el aplauso de los representantes legislativos y el gobernador Edmund G. Brown.
Como en la víspera, Peña Nieto utilizó cada tribuna de su segundo día de gira por California –esta vez en la capital, Sacramento– para reconocer las reformas en favor de los migrantes, independientemente de su estatus legal.
“El gobierno de México confía en que pronto, como sucede en California, todo este país reconozca la contribución de los migrantes al desarrollo económico, político, cultural y social de Estados Unidos, y pronto se apruebe una reforma migratoria integral’’, insistió.
Para hacer patente el contraste de la relación bilateral de México con California –el estado donde viven alrededor de 12 millones de mexicanos por origen o descendencia–, el propio gobernador Brown no ahorró alusiones a Texas, territorio al cual también Peña Nieto se había referido la víspera, sin mencionar su nombre, por las medidas de Rick Perry de exclusión, discriminación y rechazo a la pluralidad
.
Al finalizar las actividades oficiales, el Presidente dirigió un mensaje a los medios de comunicación. Informó haber acordado con las autoridades locales el lanzamiento conjunto de un programa para mejorar el tránsito en los siete cruces fronterizos entre México y California.
Inicialmente se realizaría un programa piloto de reversibilidad de carriles en el cruce de Tijuana con San Ysidro o Tecate, y donde se ha comprobado que a ciertas horas del día hay líneas con menos circulación vehicular y esto podría aprovecharse para, como Brown ofreció la víspera, lograr que los cruces vehiculares no excedan los 20 minutos.
En sus conversaciones privadas, los dos políticos se comprometieron a compartir experiencias de generación de energía eléctrica por medio de fuentes limpias. California es referente mundial en esta materia
, dijo el mandatario.
Añadió entonces que a partir de la reforma energética el objetivo es conocer las experiencias californianas y compartir tecnología, dado además el vínculo de interconexión eléctrica entre Baja California y su vecino del norte.
Al mediodía, en un almuerzo con líderes empresariales y de organizaciones de migrantes, el presidente Peña Nieto insistió en que más allá de su condición legal, debe partirse de la premisa de que todos los mexicanos llegados a California son ciudadanos de bien y contribuyen a la grandeza
de este estado.
Hizo, como en todos los foros donde participó, un reconocimiento y respaldo a los esfuerzos que el gobernador Brown ha realizado para ensanchar la amistad que hay entre México y Estados Unidos
. Más adelante encomiaría esa actitud de los propios representantes legislativos, que aquí son de mayoría demócrata.
Es claro, dijo también, que California está emprendiendo una visión acorde y congruente con los avances y la evolución de nuestras sociedades en el siglo XXI
.
También agradeció a la sociedad civil de este estado por impulsar esta visión de apertura y reconocimiento a la pluralidad
de la población de California, independientemente de su procedencia o estatus legal, de forma que hoy aquí se ofrecen mejores condiciones y un trato fraterno y de respeto a los derechos humanos de todas las personas.
Refirió las medidas dictadas por su administración para emitir una nueva matrícula consular de alta seguridad, la reducción de tiempo y requisitos en los trámites consulares, incrementar los presupuestos al programa 3x1 y los viajes de intercambio para estudiantes mexicanos conocidos como dreamers.
Durante la estancia de Peña Nieto en Sacramento hubo un par de manifestaciones. A considerable distancia del paso del Presidente, un centenar de estadunidenses pedían a gritos y con pancartas la libertad del marine Andrew Tohmooressi, detenido el 31 de marzo en Baja California por portación de armas.
Otra más se plantó a su salida del Capitolio. Esta fue convocada por mexicanos que se manifestaban en contra de diversas políticas y las reformas impulsadas por el gobierno federal.