Reformas y letra chiquita
‘‘Ni fácil ni inmediato’’
Gendarmería grillosa
SLP: ¿candidato amigo?
l desbordado optimismo promotor de reformas presuntamente paradisiacas ha sido convertido rápidamente en mesura. En un artículo publicado ayer en El País (el diario del que es súbito y sugerente accionista individual el presidente del Grupo Toluca, Roberto Alcántara), el otrora exultante Enrique Peña Nieto presentó bajo su firma un texto dedicado con entusiasmo a hablar sobre el Nuevo México (¿el del suroeste gringo?), aunque luego de esa catarata de buenaventuras que según eso habrán de significar para nuestro país las tales reformas ‘‘estructurales’’, el antes mencionado lic. advirtió ya al final, al estilo de la letra chiquita que en los contratos tramposos establece las verdaderas condiciones leoninas de las supuestas maravillas ofrecidas, que ‘‘el camino no será fácil, ni los resultados llegarán de inmediato’’.
Esa redacción involuntariamente refleja la distancia entre las promesas y la realidad. Mil treinta y cuatro palabras utilizadas para desgranar ante la amable y fraterna publicación hispana los prodigios reformistas, de las cuales 108, en el párrafo postrero, atemperan los ánimos y casi de pasada reconocen que puede haber problemas y dificultades, todo resumido en las 11 palabras clave que a contrasentido lógico de la manera oficial como fueron expresadas significan que el camino será difícil y los resultados tardarán en llegar. Quienes deseen disfrutar del publirreportaje adjudicado al lic. EPN pueden asomarse a http://bit.ly/VJoEqs , donde encontrarán un coqueto artículo ‘‘de opinión’’ titulado con rigor periodístico como ‘‘Un nuevo México’’ y un sumario que asegura que ‘‘En apenas 20 meses el país ha abordado reformas que son un logro histórico’’.
Las dificultades y tardanzas que ofrece Peña Nieto no podrán ser cargadas a la cuenta de sus opositores, según lo que se ha visto hasta la fecha. El atlacomulquense y su equipo no han tenido objeciones partidistas y sociales que hayan sido vigorosas y en todo caso pareciera que las dificultades y tardanzas podrían darse en función de los pleitos internos de bandos cupulares que pelean por el reparto de las opciones de negocio que se han abierto. Concedido todo lo que buscó, reformada la Constitución en los términos deseados y dispuesto el escenario para que haga a su gusto lo que nunca antes otro encargado de la silla presidencial, Peña Nieto no tendrá excusas ni atenuantes.
Un ejemplo de esa oposición dividida y diluida es la consulta popular sobre la reforma energética que hasta ahora han buscado separadamente tanto el PRD como Morena. Son de por sí muy pálidas las probabilidades de que recolecciones de firmas y votos en urnas puedan hacer que dé marcha atrás un proyecto de poderío trasnacional en curso, con las grandes potencias inversoras como hipotéticas derrotadas por una sublevación caligráfica. Pero aún menores probabilidades habrá si son dos las organizaciones que buscan que el INE y la Corte les aprueben tal ejercicio consultor y que a la hora de las votaciones de julio de 2015 los electores se topen con dos boletas de redacciones parecidas. Sin embargo, y a pesar de que dos centenares de intelectuales solicitaron la semana pasada a Morena y PRD que unifiquen esfuerzos, el dirigente del primer partido mencionado, Andrés Manuel López Obrador, expresó horas después de ese llamado ciudadano que no aceptará esas propuestas de unidad y que se mantendrán los formatos por separado.
A fin de cuentas, el interés electoral inmediato se ha instalado dominantemente en todos los partidos y actores políticos. Ni siquiera un acto de presunta precisión técnica, como fue la instalación de la nueva gata bajo revuelco ahora denominada Gendarmería Nacional, estuvo exenta de esos ribetes electoreros. El comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos, busca ser candidato del PRI a gobernador de San Luis Potosí y por ello lleva meses aplicándose en actos de promoción personal, como si el encargo esencial que debiera cumplir permitiese distracciones de futurismo partidista. Al estreno de la Gendarmería (cada sexenio se inventan etiquetas de ‘‘cambio’’ en las filas policiacas federales que en el siguiente aparecen como fallidas, costosas y llenas de corrupción, por lo cual son relevadas por otras que acaban igual, en un imparable círculo defectuoso), Galindo Ceballos invitó a personalidades potosinas, con el afán de afianzar sus esfuerzos políticos que han sido vistos sin reparo ni corrección por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Entre los invitados a presenciar las posibilidades de que un alto jefe policiaco sea candidato priísta a gobernador de SLP estuvo Juan Carlos Valladares, empresario que forma parte de una de las familias más acaudaladas que han residido en la capital de ese estado. Sus hermanos Miguel y Pablo son dueños de Pulso, uno de los principales diarios de la localidad y del portal nacional Sin embargo. Juan Carlos no tiene carrera partidista ni política, pero desde hace semanas se le menciona con insistencia como ‘‘el amigo’’ de Enrique Peña Nieto y de su esposa, Angélica Rivera. Recientemente se difundió una fotografía en la que Valladares y su cónyuge acompañaban a la señora Rivera en una presentación del cantante Alejandro Fernández en Europa. Los cercanos a Juan Carlos Valladares aseguran que éste es vecino de Peña Nieto en una casa en Miami.
La falta de candidatos locales fuertes, la grisura amarga del actual gobernador, Fernando Toranzo, y un ánimo social agraviado por corruptelas sin castigo, como las que adjudican a la ex alcaldesa de la capital, Victoria Labastida, protegida por Bucareli, abonan la versión de que Los Pinos explora la posibilidad de un candidato ‘‘ciudadano’’ a la gubernatura potosina, sobre todo después de que, en esa ceremonia de la Gendarmería, algunas publicaciones aseguraron que Peña Nieto se desvió de su ruta de salida del acto para ir a saludar con gran afecto a Juan Carlos, quien no ha decidido aún si aceptará la invitación a incursionar en la política electoral que le hacen algunos empresarios y amigos. ¡Hasta mañana!
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