Consultitis
Tres banderas
EPN y LV, ministros
Llamado a unificar consulta
l PRD y Morena planearon su estrategia electoral de 2015 con base en una consulta popular sobre energéticos como si fueran los únicos que tuvieran derecho a beneficiarse de ese mecanismo y como si contra ese naciente y precario ejercicio democrático no se fuera a usar militantemente el arsenal de mañas y recursos legales, y lo contrario, con que cuenta un régimen fortalecido y ensoberbecido por la imposición de sus reformas sin más oposición que la retórica (marcadamente en el caso de la ‘‘madre’’ de esas modificaciones históricas, la del petróleo, la electricidad, el gas y anexos).
El sonoro fracaso de esa izquierda electoral, que extraña y a la vez explicablemente apareció borrada y barrida, no provocó la revisión de estrategias y tácticas, la autocrítica y la elaboración sensata de esquemas de fortalecimiento unitario. El sol azteca y el nuevo partido lopezobradorista blandieron con gran antelación desmovilizadora la coartada de la mencionada consulta popular. En Morena incluso se ligó el activismo recolector de firmas con la promoción de precandidaturas sembradas, cuyas fotografías ‘‘oficiales’’ junto a AMLO sirven de campaña adelantada. Pero, ¿cuándo en México algo importante ha cambiado a partir del presunto ‘‘poder de tu firma’’?, ¿batallones caligráficos lograrán abrir la puerta para que el INE y la Suprema Corte aprueben una indagación a pie de casilla que doblegaría el gran negocio trasnacional y pondría en retirada a las poderosas empresas ya inversoras y al imperio vecino que ya nos remarcó en su agenda doméstica de seguridad nacional?
Por lo pronto, apenas Peña Nieto montó en su nuevo caballo de batalla (el propagandístico que corresponde al cierre de una etapa y el inicio de otra que además va ligada también con lo electoral) y ya están en el escenario dos propuestas más de consulta popular, lo que diluye fuerza y atención a las que, cada cual por su lado, proponen Morena y el PRD. Por un lado, Miguel Ángel Mancera ayuda al gobierno federal a posicionar el tema de los salarios mínimos por aumentar, con el secretario peñista del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, disputando la paternidad del conejo de magia de oportunidad que pretenden sacar de la chistera económica y con otro peleador concertado, Gustavo Madero, quien busca que sea el PAN el que presente ese tema en boletas consultivas el año próximo. El PRI, por su parte, propone una consulta sobre la reducción de los integrantes de las cámaras legislativas, exigencia superficial pero muy extendida entre la población.
El florecimiento del ánimo consultor no presagia primaveras, sino todo lo contrario. Pudiera ser que las tres principales propuestas fueran rechazadas y la propaganda mediática distribuyera condolencias en tres segmentos presuntamente afectados por partes iguales. El PRD asegura que la intención priísta de modificar la estadística legislativa es anticonstitucional. El tema de los salarios mínimos a aumentar por votación también está en terrenos movedizos.
Y Peña Nieto ha dejado entrever que es tanta la fortaleza legal y política de la reforma energética que habrá de verse si la Corte aprueba la realización de una consulta sobre el tema. En su reciente charla con seis periodistas descalificó incluso ese ejercicio al atribuirle ‘‘tintes políticos’’ que son obvios y consustanciales por cuanto esa consulta es promovida por partidos políticos para realizarse en una jornada netamente política como es la electoral. Dijo así: ‘‘No nos corresponde a nosotros dirimir si ésta prosperará o no; yo creo que todas las expresiones políticas o varias de ellas ya han postulado eventuales consultas que harán; creo que mucho de esto tiene también un tinte político de cara a la elección del próximo año. Y sí, creo que estará en la Corte definir sobre las preguntas que los partidos políticos postulen si éstas se pueden realizar en estricto apego a lo que mandata la propia Constitución’’.
En un presidencialismo faraónico reinstaurado, esos matices pueden parecer órdenes ejecutivas para la franja de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que habrán de decidir sobre la viabilidad de la consulta energética. Luis Videgaray, el vicepresidente económico (y algo más), ni siquiera se anduvo por las ramas, pues sentenció abiertamente que ‘‘es poco probable que la consulta cumpla con los requisitos de constitucionalidad’’, pues (tal como con insistencia y gran antelación ha argumentado la franja de Los Pinos) ‘‘hay temas que no pueden ser consultados, como cuestiones electorales e ingresos y egresos gubernamentales’’, y ‘‘tampoco, en materia de impuestos, porque perdería el gobierno hasta con mi voto’’.
En ese difícil contexto, dos centenares de escritores, artistas, políticos y ciudadanos en general solicitaron ayer al PRD y a Morena que no promuevan consultas por separado, con visiones obviamente partidistas, evidentemente divisorias y desgastantes (el tema se publicó diez días atrás en un Astillero denominado Una sola consulta http://bit.ly/1oDU8oy ).
Astillas:
Lilly Téllez, la periodista de Televisión Azteca que dio la nota más relevante y perdurable de una sesión de seis representantes de medios de comunicación con El señor de Los Pinos, fue convocada a hablar en Radio Fórmula con Ciro Gómez Leyva a propósito de las críticas que en Internet se hicieron a su amabilísimo estilo de preguntar y a la pose que sostuvo frente al presuntamente entrevistado. Dijo, según versiones que conoció este tecleador de segundo oído, que le había extrañado la referencia hecha aquí a su ‘‘mirada penetrante’’ como parte de una pose aparentemente seductora. Este maquinador espinado no sabe de dónde sacó valor, qué fue lo que lo animó, cómo apostó todo para suavizar el calificativo que las imágenes vistas en televisión le sugerían, así que ha de aceptar que el término usado, el de ‘‘penetrante’’, no fue el más descriptivo. También ha de insistirse en que lo más deplorable de ese ejercicio palaciego no fue sólo la parte relacionada con la sonorense. Y no insistan, que hay niños. ¡Feliz fin de semana!
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