Asegura que le pican la cresta, pero lo que quiere decir Jorge Travieso Arce es que lastiman su ego cada que le anticipan la derrota ante el campeón Jhonny González, el próximo 20 de septiembre en Los Mochis.

Travieso se frota las manos cuando atiende a ese rumor que genera un combate en el que puede conquistar el quinto título del mundo en una división distinta. Lo saborea porque sabe que llega como un retador con cara de víctima por el que pocos arriesgarían su capital en una apuesta.

Sé que corro peligro ante Jhonny, pero también estoy ante la posibilidad de dar una sorpresa, sugiere con algo de malicia.

Aunque en el boxeo no es común, Arce defiende incluso su derecho a la derrota: sostiene que como cualquier deportista está expuesto, y no pierde de vista la calidad técnica y la fuerza del actual campeón pluma. Para demostrarlo, asegura que en su cabeza conviven con la misma fuerza la idea de la derrota con la de la victoria.

Pero luego vuelve a la carga con una seguridad que parece inquebrantable. La posibilidad de convertirse en el primer mexicano en ganar cinco cetros del mundo en distinto peso lo hacen anticipar la victoria.

No sé cómo le voy a hacer, porque no lo sé, de verdad, no lo sé, confiesa. Lo que sí sé es que aunque sea en camilla, pero bajaré como el nuevo campeón del mundo, advierte.

Después se emociona en lo que significará vencer a un rival del prestigio de González, sobre todo porque admite que se ha criticado la calidad de sus rivales recientes. A ver qué van a decir cuando le gane a Jhonny, a ver qué cara ponen, comenta.

Este combate es resultado de la insistencia del Travieso en disputar un nuevo cinturón del orbe, pues algunos de los que ha conquistado han sido ninguneados por ser interinos. Ha ganado el título minimosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y Consejo Mundial (CMB), el interino mosca del CMB, interino supermosca de la Asociación Mundial (AMB), supermosca, gallo y supergallo de la OMB, pero sólo se le reconocen cuatro.

Siempre me han cuestionado mis títulos interinos, pero yo qué, a mí me cobraron sanción y los gané, reclama. Además, yo no inventé esos títulos; si no los cuentan, pues que los desaparezcan.

Conseguir que se materializara esta pelea le costó meses de insistencia con su promotor, Fernando Beltrán, para convencerlo de que podía llegar a un acuerdo para que junto con otra empresa, Promociones del Pueblo, la organizaran y transmitirla simultáneamente por las dos principales televisoras de México.

Arce exhibe su fama. La ostenta sin falsa modestia, porque recuerda que su carrera la construyó con mucho trabajo y, literalmente, con sangre: muchas veces ganó con las cejas abiertas y el rostro molido.

Yo no necesito dinero, he administrado lo que he ganado para tener una vida asegurada, presume. Esto es un asunto de deportivismo, de querer hacer algo que nadie ha hecho.

Por eso, asegura que el más beneficiado de este combate será González, cualquiera que sea el resultado. Es un gran peleador y un campeón con clase, pero lamentablemente ha sido menospreciado y ha tenido mala suerte. Ya es tiempo de que le toque una buena bolsa, concluye.