Conocido como pintor, Alberto Castro Leñero (Distrito Federal, 1951) ha hecho escultura desde principios de los años 90. A lo largo de los años ha exhibido una que otra pieza, pero es apenas ahora que presenta una exposición exclusivamente de escultura.

Constelación, muestra montada en el Antiguo Atrio de San Francisco, comprende 13 obras realizadas en bronce y hierro, la mayoría de 2013, aunque hay una de 2002 y otra de 2012.

Jaime Moreno Villarreal ha escrito que el artista visual alude, desde luego, a las estrellas; pero también a un conjunto de individuos. La constelación de Castro Leñero se distribuye como familia, mediante formas que interactúan según sus posiciones relativas, flujos energéticos, equilibrios y desequilibrios. Cuando el espectador deambula entre ellas experimenta una suerte de danza fija, pero móvil, semejante a la de las estrellas en el cielo, que el escultor nos ofrece para vivirla desde adentro.

–Pero, ¿qué le hace explorar la tercera dimensión?

–Es algo muy diferente, como trabajar la forma, pero por todos sus ángulos. Como que te metas más en la estructura, entiendes más la conformación. Salió de la pintura que había un volumen simulado, como si fuera a copiar una escultura”.

Al principio empecé a hacer figuras humanas que eran pequeños bronces. Tengo una serie que he exhibido muy poco. He trabajado luego estructuras geométricas y luego una especie de combinación de lo geométrico y lo figurativo.

Castro Leñero, primero, dibuja sus ideas, luego las desarrolla en maquetas en madera que él mismo talla, después las lleva a la fundidora o con el herrero (Cecilio López).

Provocar energías

–¿A qué se debe el título Constelación?

–Es una propuesta que plantea el juego de relaciones de la diferencia de las piezas, como si formaran un conjunto. Me interesa enfatizar que todas forman una especie de conjunto y que en este espacio (el atrio) interactúan. Un poco el motivo de esa reunión de piezas es para detonar cierta energía en ellas, según mi intuición.

El entrevistado no ha dejado de pintar y hacer gráfica, sin embargo, reconoce que actualmente la escultura ocupa más su tiempo. Respecto de lo que le permite la escultura sobre la pintura, expresa: Es muy diferente, es como otra experiencia. Hay un disfrute de la materia, por ejemplo, tallar la madera (de las maquetas), tiene una sensualidad que me interesa, que me lleva a trabajarla y los resultados a veces son inesperados. Cómo se pueden acomodar las piezas, cómo se pueden ir ensamblando. La pintura, claro, tiene muchas posibilidades, pero es un sólo tamaño.

–¿Le gustaría ser conocido como escultor, además de pintor?

–Me interesa producir cosas integradas a la arquitectura, hacer propuestas de piezas que puedan tener un diálogo con la arquitectura. Presenté un proyecto para el Museo Universitario de Ciencias y Artes, en Ciudad Universitaria, para hacer varias exposiciones de conjuntos míos en el mismo espacio. Por ejemplo, éste (Constelación) es uno de los conjuntos.

Constelación, organizada por la Fundación del Centro Histórico de la Ciudad de México, tendrá permanencia hasta el 10 de septiembre en Madero 7, Centro Histórico.