Trilogía Coriolano consiste en la obra del inglés y visiones de Bertolt Brecht y Günter Grass
El dramaturgo ofrece una mirada de los más altos intereses de Estado, entretejidos con la complejidad de la naturaleza humana
, destaca el director David Olguín
El festival Cervantino y el teatro Jiménez Rueda, en la capital del país, serán los foros de las puestas en escena
Lunes 18 de agosto de 2014, p. 7
La génesis del sistema que protege, justifica y mantiene a los políticos en el poder, los valores que se ponen en juego dentro de ese sistema, como la traición, el asesinato, el despotismo, la manipulación y el autoritarismo, así como la lucha entre el poder popular y el poder del Estado, y las motivaciones de una insurrección, son algunos de los temas que se desarrollan en el proyecto escénico más reciente de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), Trilogía Coriolano.
El proyecto integra tres puestas en escena, a partir de la obra Coriolanus (1608), escrita por William Shakespeare, que posteriormente recrearon en versiones originales Bertolt Brecht, en 1953, y Günter Grass, en 1966.
Traducidas por Otto Minera, dichas versiones son montadas de manera sucesiva desde el 16 de agosto en el teatro Julio Jiménez Rueda por David Olguín, Martín Acosta y Alberto Villarreal, tres directores de distintas generaciones y maneras de entender el teatro.
Shakespeare escribió su tragedia con base en las narraciones del historiador Plutarco y Tito Livio, quienes dieron cuenta de la vida y acciones del legendario e histórico personaje Cayo Marcio Coriolano, brillante general romano que al principio de su carrera fue reconocido por derrotar a la armada volsca.
Sin embargo, a causa de su despotismo, Coriolano fue desterrado por los patricios y el pueblo de Roma, refugiándose con los volscos, a los que antes había sometido.
En venganza, Coriolano los levanta en armas contra su propia patria y encabeza un asalto a la ciudad. Sólo el ruego de su madre evita que arrase por completo Roma. Ese cambio de opinión lo conduciría a su propia destrucción.
En la obra de Shakespeare “Coriolano es y no es un héroe, es un líder que se derrota a sí mismo. Es un héroe, porque salva al ejército romano, y no lo es porque ve a la plebe como gente ignorante, jodida y desorganizada, a diferencia de los patricios, quienes se defienden y justifican diciendo que tienen una larga experiencia en el poder.
“Históricamente –explica Minera–, Coroliano vivió un tiempo de transición, en el que los plebeyos empezaron a cuestionar al poder y a ambicionar un sitio dentro del sistema.
Ello provocó ciertas rebeliones e insurrecciones, y para que las cosas no pasarán a mayores, el Senado permitió, por primera vez, que hubiera representantes populares.
A partir de la obra de Shakespeare, Brecht hace su versión, “en la que acentúa más las justas ambiciones y razones políticas del pueblo.
Brecht, en la medida en que fortalece los argumentos de los plebeyos, deplora, rebaja y crítica la postura y figura de Coriolano, a quien retrata todavía más arrogante y déspota. Para Brecht, Coriolano es más un conservador, un reaccionario, desfasado de su momento histórico.
En su momento, Günter Grass retomó las versiones de Shakespeare y Brecht, pero en su propuesta dramatúrgica el personaje protagonista queda un poco al margen, continúa Minera.
Grass ubicó la acción en un teatro de Berlín, adonde llega un grupo de trabajadores para pedir el apoyo de los teatreros y así cobrar más fuerza para manifestarse en contra del Estado, historia donde hay un director de teatro, que es el mismo Brecht.
La obra de Grass, titulada Los plebeyos ensayan la insurrección, aunque es ficción, es una clara referencia a un hecho histórico que protagonizó Bertolt Brecht
.
Ese suceso consistió en que en cierta ocasión un grupo de trabajadores de la construcción –en el tiempo en que los tanques soviéticos avanzaban sobre Berlín– le solicitaron al combativo y comprometido director de teatro alemán que firmara un manifiesto en apoyo a los obreros. Contra lo que se podría esperar, Brecht se negó a firmar y a brindar su apoyo.
En la obra de teatro de Grass, Coriolano es un guerrero y buen gobernante, pero no sabe adular a su pueblo y tampoco sabe tomar partido
. Grass, dice Minera, no se burla de Brecht, sino que lo enmarca en una situación humana, donde es puesto a prueba. La cuestión es que no firmó, y esa decisión se convierte para él en un conflicto interno
.
Las tres versiones serán puestas en escena con el elenco que integra la Compañía Nacional de Teatro. Para los tres casos, se contará con el versátil dispositivo escenográfico creado por Jorge Ballina.
Para Alberto Villarreal, encargado del montaje de la versión escrita por Brecht, el conjunto de las obras refleja que aunque estemos viviendo otros tiempos, somos la repetición de los mismos errores y procesos históricos
.
La de Villarreal es una puesta en escena muy contemporánea, cuya historia gira en torno a la mafia autodenominada Roma
, en el seno de la cual hay una ruptura por el control de la organización entre sus miembros más ricos, que viven en la pobreza, sobreviviendo en un taller mecánico.
Cayo Marcio, el heroico y sanguinario combatiente de la familia fundadora del cártel, queda en medio de esa lucha, pero al no querer mendigar o limosnear a los jodidos su voto, será expulsado de la organización mafiosa.
El trabajo escénico partió de plantearse qué es Roma, quién es Coriolano, en la época contemporánea, explica Villarreal. “Con el equipo de actores llegamos a la conclusión de que Coriolano habla de la conformación del sistema del poder.
Antiguamente, radicaba en Roma; ahora, nosotros vemos esa concentración de poder, en lo que son las mafias (económicas) contemporáneas que controlan el orden mundial y que tienen mucho más poder que los gobiernos
, añade el creador escénico.
Además de darle ese enfoque, también se reflexiona en torno a lo que representa la unión de un grupo de personas, con la intención de transformar la realidad.
Aquí, plantea Villarreal, es saber si los ideales que Brecht sostiene en los años 50 del siglo pasado son posibles aún para la sociedad del 2014
.
En Los plebeyos ensayan la insurrección, de Günter Grass, se plantea desentrañar el corazón y el pensamiento de una persona, en este caso, el de un artista, en un momento en el que se cuestiona el sentido de su trabajo, explica Martín Acosta.
Grass pone la lupa sobre el hecho protagonizado por Brecht, antes referido, y provoca una enorme reflexión sobre el sentido del arte y la responsabilidad de un artista, frente a los conflictos sociales. Cuestión que sigue suscitando diversos pareceres
.
El Coriolanus, de Shakespeare, se estrenará en el Festival Internacional Cervantino, los días 9 y 10 de octubre, para posteriormente ofrecer una temporada en el teatro Jiménez Rueda.
Para David Olguín, director del montaje, se trata de la gran obra política
del dramaturgo inglés. Ello se sustenta, entre otras cuestiones, en las primeras escenas de la obra, en las que se refleja la esencia de la visión política shakespereana, dice Olguín.
Abrimos con un motín en Roma, donde los plebeyos en situación de hambre se rebelan contra los patricios o senadores. Hay una conflagración cercana a la quiebra del Estado y al surgimiento de una posible guerra civil. Aquí está claramente establecida la lucha de clases.
Ante ello, los patricios dan a los plebeyos la posibilidad de tener un representante popular. Lo que refleja también la primera gran victoria de la democracia, en términos de lo que es una república
.
Una segunda escena establece los rivales vecinos de Roma: la armada de los volscos, lo cual habla de un conflicto internacional. Se tiene, pues, la lucha de clases, una guerra civil y la posibilidad de la disolución de toda una nación en guerra con otra
.
Algo que es muy interesante y que no aparece en Coriolanus, como en otras obras de Shakespeare, donde la política está de por medio, explica Olguín, es una visión trágica
, ese ciclo de la historia donde se va asesinando para llegar al poder, donde el que asesina, una vez sentado en el poder, a su vez es asesinado.
En esta obra, destaca el creador escénico, estamos en el mundo de la política real, donde los intereses de los estados rebasan los de los individuos
.
Shakespeare nos ofrece una visión de los más altos intereses de Estado, entretejidos con la complejidad de la condición y naturaleza humanass
.
Todo ello es llevado a escena “desde el punto de vista de lo que ocurre actualmente en nuestro país, donde tenemos enormes dificultades para construir una real democracia.
“El Capitolio romano –detalla Olguín– seguramente traerá muchas evocaciones del nuevo edificio que se encuentra en Insurgentes y Reforma, donde se encuentra nuestro Senado, así como del Congreso de la Unión, en San Lázaro.”
La idea es hacer un retrato de los caciques políticos, corruptos e impunes, manipuladores, viles y que envilecen a su pueblo. Y por otro lado, senadores (patricios), algunos de ellos que por fortuna cuentan con real vocación de Estado, y otros que por lo único que luchan es por sus intereses de clase
.
La pugna y el gran dilema que está de por medio, concluye Olguín, es ejercer una postura que hace de la política un mecanismo autoritario o la política como la representación colectiva. De ahí que sea la gran obra política
de Shakespeare.
El proyecto Trilogía Coriolano contará con el versátil dispositivo escenográfico
de Jorge Ballina, que servirá según las necesidades de cada montaje.
No se trata de la misma escenografía, sino de un dispositivo de muros giratorios, que lo mismo funcionan como murallas que giran y dividen el territorio romano del territorio de los voscos, o igual son muros que forman callejones o sitios clandestinos en el mundo de la mafia, o muros que delimitan el espacio vacío donde ensayan los actores de Brecht
, explicó Ballina.
Además de los actores de la CNT, conforman el equipo creativo: Matías Gorlero (iluminación), Jerildy Bosch y Ricardo Loyola (vestuario), Amanda Schmelz (peinados y maquillaje), Alberto Rosas y Rodrigo Espinosa (diseño sonoro), Kay Pérez (video) y movimiento corporal, Rafael Rosales.
Coriolano I, de Sakespeare, con dirección de David Olguín, será estrenada en el Festival Internacional Cervantino, los días 9 y 10 de octubre, a las 18 horas, en el Teatro Principal. Posteriormente tendrá temporada en el teatro Julio Jiménez Rueda, en octubre y noviembre.
Coriolano II, de Brecht, con dirección de Alberto Villarreal, se estrenó el sábado pasado en el teatro Jiménez Rueda, con temporada de agosto a noviembre.
Coriolano III, de Grass, o Los plebeyos ensayan la insurrección, con dirección de Martín Acosta, será estrenada el 6 de septiembre a las 19 horas, en el teatro Jiménez Rueda (avenida de la República 154, colonia Tabacalera, cerca de la estación Hidalgo del Metro). Tendrá temporada de septiembre a noviembre.