Al declarar 2014 como año de este animal, ONG busca alertar sobre su disminución
Expertos mexicanos investigan relación de ejemplares capturados en Chalco con el ajolote de Xochimilco
Quizá alguien los tenía como mascotas, aventura especialista de la UNAM
Martes 12 de agosto de 2014, p. 2
En el mundo hay 659 especies de salamandras, de las cuales la mitad se encuentran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especies amenazadas. De ahí que este año la organización no gubernamental Socios en Conservación de Anfibios y Reptiles (PARC, por sus siglas en inglés) declaró 2014 Año de la Salamandra, para alertar sobre la acelerada disminución de poblaciones y cómo conservarlas.
Una de las nueve familias de salamandras en el mundo es Ambystomatidae, cuya distribución es exclusiva de Norteamérica. Se encuentra en el sur de Alaska, este de Canadá, gran parte de Estados Unidos y la zona centro de México, con 30 especies exclusivas de la región o endémicas; de éstas, 17 se encuentran únicamente en México y cuatro pueden conservarse en estado neoténico, es decir, pueden reproducirse en su estado larval debajo del agua y mantenerse así hasta la muerte.
Hallan salamandras en Chalco
El equipo de restauración ecológica del Instituto de Biología (IB) de la Universidad Nacional Autónoma de México, encabezado por el doctor Luis Zambrano, realizó un censo de ajolotes en los primeros meses de este año, y capturó 15 salamandras en el canal de Chalco. Estos animales se encontraban en estado larval y su apariencia era muy similar a los ajolotes (Ambystoma mexicanum), que viven en Xochimilco. Gabriela Parra Olea, investigadora de ese instituto, especialista en sistemática molecular y conservación de anfibios, realizará pruebas genéticas a los ejemplares para corroborar a qué especie pertenecen.
Parra, doctora en ciencias por la Universidad de Berkeley, explicó que las 15 salamandras encontradas en Chalco sufrieron metamorfosis después de unos días de haber sido capturadas, lo cual indica que tal vez sea otra especie o un híbrido de Ambystoma mexicanum con otra especie. “Hay cuatro especies de salamandras que pueden vivir y reproducirse debajo del agua. Se trata de Ambystoma andersoni, conocida como achoque de la Laguna de Zacapu; Ambystoma dumerilii, llamada achoque de Michoacán; Ambystoma taylori, de los lagos en los cráteres de Puebla, llamada ajolote de Alchichica, y Ambystoma mexicanum de Xochimilco o ajolote”, indicó.
Estas salamandras se separaron hace 10 millones de años unas de otras, muy poco tiempo en términos evolutivos, de ahí que todavía pueda hibridar una especie con otra; sin embargo, por su ubicación geográfica, la investigadora no cree que haya habido apareamiento de alguna de estas especies con Ambystoma mexicanum, pero sí pudo haberlo con la Ambystoma tigrinum, de amplia distribución en Norteamérica y la cuenca de México.
Parra Olea, que en 2010 obtuvo el Premio de Investigación en el área de Ciencias Naturales de la Academia Mexicana de Ciencias, explicó: “Mi otra hipótesis es que si no son Ambystoma mexicanum o un híbrido, alguien que los tenía de mascotas los liberó. Los Ambystoma que sufren metamorfosis se van a esconder a unos metros en el bosque y regresan al cuerpo de agua a reproducirse. Ese es su ciclo. En este caso, por estar rodeados de infraestructura urbana, no tienen adónde ir, por lo que es muy difícil que una salamandra de Puebla haya ido a parar a Chalco”.
Gabriela Parra se ha dedicado a estudiar la biodiversidad de salamandras que hay en México y formular hipótesis sobre su evolución, filogenia, sistemática y taxonomía. Ha descrito 14 nuevas especies de salamandras. “Muestreamos todo México, capturamos salamandras, secuenciamos su ácido desoxirribonucleico (ADN) y hacemos hipótesis evolutivas o delimitación de especies. El género Ambystoma es muy reciente. Encontrar diferencias genéticas entre las distintas especies no ha sido fácil, porque hay mucha variabilidad morfológica, pero casi no tienen variabilidad genética”, comentó.
Las salamandras abundan en el eje neovolcánico transversal, una cadena que va del océano Pacífico al Golfo de México, y al secuenciar sus genes se estima el tiempo en que unas se separaron de otras debido a la formación de montañas y glaciaciones. De ahí que sean únicas en el mundo y estén en riesgo de desaparecer: el Ambystoma mexicanum está en peligro de extinción, mientres las especies Ambystoma andersoni, Ambystoma dumerilii y Ambystoma taylori están clasificadas en peligro crítico por la UICN debido a la disminución de sus poblaciones y la destrucción de sus hábitats.
La especialista señaló que hace 10 millones de años el ajolote o Ambystoma mexicanum se introdujo a los lagos y se aisló de las demás salamandras. Su población fue pequeña, por tanto, su variabilidad genética también lo fue. Este hecho se suma a las condiciones adversas en Xochimilco y a que hay pocos ejemplares; si éstos tienen genes recesivos se corre el riesgo de que las siguientes poblaciones salgan con deformaciones. Toda esta información, llamada depresión genética, se puede obtener con un marcador molecular
.
A los anfibios se les corta una muestra de branquia, cola o tejido y se extrae su ADN. Puede ser de la mitocondria, del núcleo de la célula o ambos. Los marcadores son identificadores de genes. Podemos usar un marcador genético para identificar si la especie está propensa a la extinción. Se puede saber si los reproductores son todos hermanos, es decir, se puede estimar cuántos reproductores se tienen y el índice parental
, explicó.