Al peculiar concierto acudieron alrededor de 2 mil 500 personas, según los organizadores
Los 160 jóvenes instrumentistas, dirigidos por Eduardo García Barrios, tocaron con especial emotividad por ser la conclusión de una experiencia que los llevó por cinco estados del país
El concierto cerró con gran alboroto por los mambos del cubano Dámaso Pérez Prado
Lunes 11 de agosto de 2014, p. 7
La Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México (Osim), con la dirección de Eduardo García Barrios, finalizó este sábado su 23 gira nacional, que abarcó seis ciudades con características y problemas sociales diversos, en el auditorio al aire libre del Parque Bicentenario, ubicado en la delegación de Azcapotzalco.
Integrada por 160 niños y jóvenes de entre nueve y 17 años, la Osim hechizó con la magia de la música a personas que se encontraban de paseo en el parque y que tal vez nunca se habían interesado por el género clásico.
Alrededor de 2 mil 500 personas, según cálculos de los organizadores, asistieron a este peculiar concierto en el cual quedaron atrás los protocolos de música clásica que se siguen en un foro cerrado, como guardar silencio, puntualidad o no comer durante ese tiempo.
Lo que sucedió en el Parque Bicentenario fue diferente, porque uno de los propósitos de la agrupación, creada en 2001, es llevar la música a la gente y ser fuente de inspiración para niños y jóvenes. El público en esta ocasión pudo sentarse y hasta recostarse en el césped; los que iban en familia hicieron una especie de picnic, las parejas intercambiaban opiniones y besos.
Los niños no sólo escuchaban la música; también reían y miraban al cielo cuando pasaba un avión. Aunque hubo momentos en que el público gritaba ¡siéntense!
a los que llegaban tarde, la mayor parte del concierto permaneció atenta, cautivada por la música de los jóvenes y niños instrumentistas, que tocaron esa tarde con gran emoción, pues concluían la gira que los llevó por Hidalgo, Guanajuato, Michoacán y el estado de México.
El escenario estaba completamente abarrotado por los 160 instrumentistas, quienes encontraron una oportunidad de vida en la música, ya que la Osim se ha consolidado como semillero de jóvenes talentos, que sueñan con integrarse algún día a la Orquesta Escuela Carlos Chávez, así como a otras agrupaciones profesionales.
Es el caso de la violinista María de los Ángeles Martínez García, de 16 años, quien se inició en la música a la edad de 10 años con la orquesta comunitaria Lomas del Paraíso, en la ciudad de Guadalajara. Me gusta mucho ir a la orquesta, me encanta. Se ha vuelto parte de mi familia y disfruto mucho tocar
, confiesa la joven, minutos previos al concierto.
Yared García Romero, de Baja California, tiene 12 años y desde pequeño aprendió a tocar el violín, pero en la Osim es uno de los violonchelos. Al igual que sus compañeros, Yared asegura que se siente feliz de vivir esta experiencia, porque además del trabajo académico-musical que realizan tienen tiempo para divertirse, ya que no todos son disciplinados, hay niños que son bien revoltosos
, dice entre risas el novel músico, quien saldrá un momento al escenario.
Antes de iniciar el concierto de clausura de la gira, Enrique García Barrios hizo un reconocimiento a la agrupación: Esto es la Osim, formada por 160 niños y niñas del país. Se hizo una convocatoria en la que casi 600 jóvenes se postularon, y se escogió a quienes el jurado considera más capaces y más talentosos de México para conformar la orquesta
.
La Osim –que estuvo acompañada por el Coro Infantil de la República– se presentó en el Distrito Federal con un programa ecléctico y explosivo, formado por las obras de Nikolai Rimsky-Korsakov, Georges Bizet, Silvestre Revueltas, Manuel de Falla, Francisco Gabilondo Soler (Cri-Cri) y Arturo Márquez, quien se encontraba entre el público y recibió una fuerte ovación al ser presentado por García Barrios.
El concierto finalizó con un gran alboroto cuando se escucharon los mambos del cubano Dámaso Pérez Prado, con arreglos de Eugenio Toussaint, después; el encore fue West Side Story, de Leonard Bernstein.
Entre risas y aplausos terminó la gira de la agrupación, cuyos jóvenes músicos a través de los sonidos pueden expresarse.