El piloto mexicano Sergio Pérez hace un recuento de daños, de los errores cometidos, las malas decisiones y las adversidades a las que se ha enfrentado en esta temporada. Lo dice con pena, pero eso no impide que le vuelva el semblante de optimismo cuando piensa en el regreso de la Fórmula Uno a México en 2015. Entonces, el apesadumbrado Checo Pérez, de la escudería Force India, exhibe ambición y hambre de éxito.

Trataré de dar la carrera de mi vida, dice animoso y explica que después de tanto tiempo sin Fórmula Uno en México, el Gran Premio servirá para que una tradición perdida renazca.

Porque el Autódromo Hermanos Rodríguez es un circuito histórico y un Gran Premio ayudará a recuperar a la afición mexicana.

Es un escenario inmejorable correr en casa, cuenta Checo, aunque su situación sea incierta porque aún no tiene definido dónde estará el próximo año. Hasta el momento está en negociaciones con su actual equipo, Force India, pero no pierde las esperanzas de volver a un equipo grande.

Mis sueños son volver a un equipo grande y ser campeón del mundo, dice ilusionado, pero eso también le hace recordar su paso difícil por la escudería McLaren.

El tiempo me ha demostrado que me equivoqué al ir a McLaren, que llegué en el peor momento a un equipo tan grande, comparte como una confesión. Varios equipos estaban interesados en contratarme en 2012, pero llegó McLaren y no dudé en aceptar.

En la actual temporada, Checo tampoco está satisfecho por algunas complicaciones que ha enfrentado, como el choque contra Felipe Massa en el Gran Premio de Canadá, que le costó una sanción de cinco posiciones para la siguiente carrera, y el error que lo hizo abandonar la competencia en Budapest.

Nadie está exento de cometer errores, dice para explicar los percances que le han hecho perder puntos en la temporada y argumenta de manera apresurada todo lo que se ha atravesado en su camino en este año. Ha sido todo –expone–, las pistas, los neumáticos, descuidos.

Creo que en lo que resta de la temporada puedo recuperar lo perdido, dice ante el panorama.

A eso se agrega la reputación que tiene de ser un piloto imprudente, que le ha costado algunos percances, como el choque que ocasionó a Felipe Massa. Aunque el brasileño criticó con severidad la actuación de Pérez en Canadá, y recomendó que aprendiera a competir, Checo asegura que hablaron y resolvieron la situación.

Lo que pasa en la pista se queda ahí. Fuera de la carrera es otra cosa, sentencia Checo.

En cuanto deja atrás las dificultades de la temporada, de nuevo le brota el entusiasmo sobre el futuro. Aunque reconoce la presión de competir en su propio país en 2015 en el regreso de la Fórmula Uno al Autódromo de la ciudad de México.

Hacía tiempo que no había pilotos mexicanos en la categoría, ahora estoy yo y esa es una responsabilidad muy grande, dice con solemnidad. Tenemos que dar los mejores resultados y demostrar que nos merecemos el Gran Premio no sólo cinco años, sino 20 o 30.