Es la segunda generación de jóvenes que vendrán a estudiar una carrera
Martes 5 de agosto de 2014, p. 17
Puerto Príncipe, 4 de agosto.
Peter Stanley Nozil no habla español y sabe muy poco de México; geográficamente lo ubica como parte de América del Norte y nada más. Lo que sí tiene claro es que en esa nación extraña para mí está la oportunidad única de estudiar, de ser alguien y de poder ayudar a mi familia, porque si me quedo aquí no sería más que un obrerito, con un salario apenas para ir tirando
.
Muchas veces –recuerda mientras recorre con la mirada la estrecha sala de estar de su casa, en el número 11 de la Route de Frères– me regresaron de la escuela porque no pude pagar la colegiatura. Fallé a muchos exámenes por eso; también tuve que dejar de estudiar muchos años, pero siempre pensé que debía seguir estudiando, justamente para que eso, el no tener dinero para lo más elemental, no me volviera a pasar
.
La historia de Peter es similar a la de los otros 92 haitianos que este año ganaron una beca para cursar una carrera universitaria en México (él estudiará ingeniería en energías renovables). Todos provienen de colonias precarias en una ciudad donde 80 por ciento de habitantes gana en promedio 2 dólares con 50 centavos al día, con alto porcentaje de analfabetismo y muy pocas oportunidades de empleo.
Marie Carmelle, su madre, ayudaba un poco a la economía familiar lavando ropa ajena, pero ya me duelen las manos de tanto lavar, así que mis tres hijos y yo vivimos gracias a lo que aporta mi esposo, que trabaja en un hotel. A mí no me inscribieron en la escuela, pero hice todo lo que pude para que mis hijos sí fueran
, dice la mujer de 49 años. Tenemos 12 años viviendo aquí y no hemos podido terminar de construir
, dice mientras señala la pequeña casa, ubicada al borde de una barranca sin calles ni servicios.
Gran parte del país sigue en ruinas a cuatro años del sismo
A cuatro años del terremoto que devastó este pequeño país, la ayuda que ofrecieron las naciones más desarrolladas ha llegado, en el mejor de los casos, a cuentagotas, y en no pocas ocasiones el apoyo nunca fue recibido por quienes más lo necesitaban.
Barrios enteros en la capital y amplias zonas del interior siguen en ruinas, la economía no levanta y las difíciles condiciones de vida para el grueso de la población terminan pronto con cualquier expectativa de desarrollo para los jóvenes. Todavía viven en campamentos 170 mil personas afectadas por el terremoto.
Desde 2013, 103 haitianos viven en México. Cursan una licenciatura en institutos tecnológicos y universidades politécnicas. El desempeño académico de los estudiantes, hasta la fecha, ha sido óptimo: 40 por ciento registran promedios de 95 puntos y 46 por ciento con promedio de entre 90 y 95 puntos
, reporta la Secretaría de Educación Pública.
Este martes parte a México la segunda generación de becarios: 93 jóvenes –de 700 que solicitaron el apoyo– serán despedidos por el presidente Michel Martelly en una ceremonia que tendrá lugar en el palacio presidencial, y el 8 de agosto serán recibidos por el canciller mexicano José Antonio Meade.
Al igual que sus compañeros, esta segunda generación recibirá un curso de español y cultura mexicana de septiembre a diciembre en el Centro de Enseñanza para Extranjeros de la Universidad Nacional Autónoma de México (CEPE) en Taxco, Guerrero.
Posteriormente, los beneficiarios serán distribuidos en más de 40 instituciones de educación superior, donde cursarán 11 carreras, entre las que destacan ingeniería civil y licenciaturas en turismo y administración de empresas, las cuales fueron solicitadas por el gobierno haitiano en función de las necesidades de formación de capital humano.
Este programa de becas es producto del acuerdo firmado en 2012 por las secretarías de Relaciones Exteriores –por medio de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexid)– y de Educación Pública y el Ministerio de Asuntos Extranjeros y Cultos de Haití.
Ofrece 300 becas que serán otorgadas a lo largo de tres años, las cuales cubren el costo total de la licenciatura y una asignación mensual para manutención a cada estudiante.