Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Actuar: un acto
de generosidad
Antonio Riestra entrevista
con Naian González Norvind
Nomenclaturas urbanas
Ricardo Bada
Onetti, a veinte años
Alejandro Michelena
El recuento de los
cuentos de Onetti
Alicia Migdal
Onetti y Los adioses:
lecciones para un
lector cómplice
Gustavo Ogarrio
Matemáticas,
redes y creencias
Manuel Martínez Morales
Leer
Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
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Bemol Sostenido
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Las Rayas de la Cebra
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Cabezalcubo
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A Lápiz
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Rogelio Guedea
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Medio cuerpo
Medio cuerpo dedícalo a la felicidad. La mitad izquierda o derecha, pero media parte de tu cuerpo entrégala a la felicidad, déjala nadar en un río, échala a volar por el aire, diariamente, ponla a crecer en un jardín, en la esquina soleada, siémbrala sobre una tela de lluvia. Haz viajar esa media parte de tu cuerpo, esa mitad, en un tren. ¿No te gustan los viajes en tren? Entonces en una bicicleta, un taxi, un triciclo. Con la otra mitad levántate cada mañana para ir al trabajo, échate a ahorrar dinero para volver a tu país cada fin de año, camina tus calles, abraza tus árboles, con ese medio cuerpo sufre tus enfermedades y tu muerte, que te toca la puerta detrás de tu puerta, ve caer tu porvenir, descálzate y camina sobre botellas rotas. No dejes que tus mitades viajen a diferentes alturas, ni a opuestas distancias. Las dos tienen que ir de la mano siempre, asidas de una a otra orilla, o entrelazadas, como las cadenas: o los enamorados. |