fines de 2013, la incertidumbre en torno a que pudiera desaparecer Reactor 105.7 FM (Ruta Sonora 08/11/13), prácticamente la única estación de radio en la ciudad de México que difunde música independiente de rock y géneros afines, se disipó cuando, tras salir Marcelo Lara como gerente en septiembre, asumió tal cargo la comunicadora Romina Pons en enero de 2014, con el propósito de seguir con el mismo concepto, el cual compartía con el Instituto Mexicano de la Radio, a decir de aquélla. Para entonces, Raúl David (Rulo), una de sus cartas fuertes, también había ya salido. La permanencia de Evaristo Corona (El Golfo) como programador garantizó continuidad, hasta que en marzo también dejó Reactor. La estación volvió a tambalearse al perder dos figuras fuertes.

El rating bajó, pero se recuperó en mayo, al reordenar Pons la estación: Tonatiuh Olvera (Jergas) en programación (hacía tiempo, mano derecha de Golfo); en producción de audio, Fernando Benavides (Mimoso); Luis Pérez, especialista en rock en español, pasó de las 22 a las 14 horas, el espacio de rating más alto y estable, así como el de Mariana Uribe (Marianette), con buen bagaje musical y cultural, de 12 a 2. Inició el programa de revista Baño vaquero de 8 a 10 con María Letona y Mario Flores. Los turnos de cabina rotaron: Jergas de 6 a 8; por la tarde, Ariadna Montañéz con Rubén Olegnowitz (El Paella) y hacia la noche, la cordial Covadonga Bon (Cova). Siguen: la barra de contenido de las 11 (diversidad sexual, tecnología, desarrollo sustentable) y la de especialización musical de las 22 horas en adelante y fin de semana. “El pilar de Reactor seguirá siendo la música”, afirmó en entrevista Romina Pons, a casi ocho meses de su llegada.

Si no la pone Reactor, nadie más lo hace

Romina, egresada de la Universidad Iberoamericana de León, Guanajuato, con experiencia en EXA León como locutora y productora, llevaba años queriendo aportar su visión (tiene 28 años) a Reactor, de la que era fan desde la prepa, dice. Al no ser muy conocida en el medio, a su llegada hubo suspicacias; mas con el tiempo ha mostrado capacidad de organización y entusiasmo genuino por la música: Traigo la idea del relevo generacional. Reacomodé fichas, aproveché talentos. Ha habido salidas (hoy por ejemplo, emigra Montañez), pero no pasa nada. La radio no es estática; si no se mueve se pudre, como el agua, dice.

Sobre la programación, apunta: “Es una responsabilidad social transmitir la música que se hace en México. Si no la ponemos en Reactor, nadie más lo hace. Ojalá hubiera más competencia, pero sólo está Ibero 90.9, de rock en inglés. Tengo la idea de un programa de demos; todo mundo tiene derecho a ser oído: ¿quién es uno para decir qué puede y qué no puede pasar? Claro que hay un consejo editorial: checamos lo que pide la gente, pero también proponemos lo que sentimos debiera escuchar. Oímos las propuestas de los locutores; es importante la inclusión, desde fuera y desde dentro. El slogan ‘todas las alternativas’ es cierto: hay rock, rock-pop, punk, metal, ska, jazz, soul, hip hop. No hay que perder esa apertura. Además nuestro rango de escucha es amplísimo: desde la A+ hasta la D (clase socioeconómica más alta a menos). El reto es hablarle a todos”.

El público de rock, muy fiel

“Algo que sostiene a Reactor es que el rock tiene un público fiel; el de pop no. Les puede molestar algo pero te lo dicen, te exigen, mas no le cambian”, afirma, e indica que su mayor competencia son las plataformas de Internet para oír música, por lo cual lo distintivo está en lo que se dice: “Preparar contenido interesante, no wikipediazos”. E insta a que toda entidad social hable en sus micrófonos: Damos espacio a quien tenga algo que dar a conocer: proyectos culturales, altruistas. La puerta está abierta.

En torno a su relación con la industria de conciertos, señaló: “Mi relación con Ocesa es tan buena como con cualquier foro o con managers independientes. En IMER son legales los patrocinios, pero mi gerencia no tiene nada que ver: para eso hay un área de comercialización. Ocesa hace conciertos con artistas que programamos y gustan a mis escuchas. Mi idea es difundir música, sin importar quién la promueva. Eso no implica favoritismos. Vine a trabajar para que la música crezca, pero estoy contra el amiguismo. Hay objetividad en lo que se programa y dice al aire. No quiero una estación negativa pero que tampoco lo halague todo: nadie lo creería y se prestaría a sospechas. Si algo está mal en la industria, no dejaremos de señalarlo, pero también lo que esté bien”.

Sobre el décimo aniversario de Reactor, Pons prefiere aguardar a noviembre, pues habrá sorpresas.

A propósito de Así las cosas, programa que conducirán Rulo, Sopitas (Francisco Alanís) y Martín Hernández por W Radio, de 6 a 10 horas, a partir del lunes 4, precisó: Más que competencia lo veo como una apertura de espacios. Estos retos benefician al auditorio al darle más opciones. Mientras se generen contenidos de calidad, hay que aplaudir todo esfuerzo.

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