El Senado aprobó anoche el último de los cuatro dictámenes de la legislación secundaria de la reforma energética, luego de cinco días de discusión, entre celebraciones de los legisladores de PRI, PAN y PVEM, que se dijeron orgullosos de haber sacado esa reforma, y la advertencia del PRD y PT de que se ha consumado el despojo del patrimonio nacional, pero la batalla no ha terminado.

El cuarto dictamen, que incluye la Ley de órganos Reguladores Coordinados en Materia Energética y la Ley de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente, se aprobó cerca de las 10 de la noche y fue turnado a la Cámara de Diputados.

La tarea del Senado no ha terminado y por ello no se clausuró el periodo extraordinario, que sigue abierto, ya que deberán esperar a lo que resuelva la colegisladora.

Aquí no hay antipatriotas, exclamó el coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, al intervenir al final ante el pleno para reivindicar esa reforma, reconocer a los 127 senadores restantes y sostener que las empresas trasnacionales no se llevarán la renta petrolera, que no se despojará de sus tierras a ejidatarios y comuneros y que no se eliminan los subsidios a las tarifas eléctricas y de gas.

Nada más lejano a la realidad; se trata de una reforma histórica, dijo, y respondió de paso a las voces que durante la discusión llamaron vendepatrias a los integrantes de su bancada.

Una de ellas, la perredista Dolores Padierna, les dijo que Antonio López de Santa Anna se quedó corto ante Enrique Peña Nieto con la legislación privatizadora que ayer se consumó.

El coordinador del PRD, Miguel Barbosa, advirtió que las 17 leyes aprobadas en el Senado “ponen en evidencia el sometimiento más grande a intereses extranjeros. México dejará de ser un país independiente, porque hoy entregaron los únicos dos recursos que quedaban bajo el control de la nación.

Si hoy creen que con su reforma ya triunfaron, se equivocan. Nos vemos en la consulta popular, insistió Barbosa.

En la jornada de ayer, de nuevo el salón de sesiones estuvo vacío buena parte del tiempo, con una treintena de oradores, la mayor parte de ellos perredistas y petistas, que por ocho horas argumentaron sus propuestas de cambio.

No hubo debate real, ni siquiera cuando la oposición de izquierda acusó al priísta David Penchyna de mentir y contar fábulas. Ello después de que el presidente de la Comisión de Energía sostuvo en tribuna que vienen muy buenas épocas para México, gracias a la reforma energética.

Penchyna afirmó que las próximas generaciones hablarán con orgullo de quienes aprobaron esa reforma, como ahora se recuerda a Lázaro Cárdenas. El priísta insistió en que se crearán empleos y bajarán las tarifas de luz y gas, al abrir el petróleo y la electricidad a la competencia con el mundo.

El senador perredista Alejandro Encinas le recriminó por insistir, hasta el último momento, en versiones falsas, que ocultan el verdadero contenido de la reforma. Es una fábula que asegure que bajarán las tarifas eléctricas, cuando en ese mismo recinto quedó claro que no hay garantía alguna de ello.

El senador Manuel Bartlett le reprochó también la catarata de mentiras, y dijo que se sienten muy seguros por la protección de los medios electrónicos, que les permiten repetir esas falsedades y ocultar las graves repercusiones que tendrá esa legislación secundaria.

La bancada del PRD utilizó los poemínimos de Efraín Huerta para expresar su protesta contra la reforma. Montó 11 pendones en los que colocó mensajes modificados del escritor, a los que llamó Pemexmínimos. Los ubicó abajo del pleno y en uno de los laterales del recinto senatorial.

En ellos se podía leer Timando se enciende la gente, Siempre voté con la furia silenciosa de un borrego adoctrinado. El panista Javier Lozano se burló de la protesta. Dijo que los perredistas pusieron su tendedero, y se enfrascó en un confrontación verbal con Zoé Robledo, del PRD, quien le recriminó que estuvo poco tiempo en la sesión, ya que se dedica a atacar por Twitter a los legisladores.

Otro legislador que de nueva cuenta fue evidenciado fue el panista Raúl Gracia, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, una de las dictaminadoras, quien no se presentó a ninguna de las cinco sesiones. Encinas demandó desde tribuna que se le separe del cargo.

Sin embargo, su coordinador, Jorge Luis Preciado, salió en su defensa y dijo que Gracia ya había cumplido con su trabajo. Luego, al intervenir en tribuna, hasta pidió un reconocimiento para el ausente.

Preciado justificó también esa legislación: En el mundo de hoy sólo triunfa quien se prepara bien, quien planea su actuar, quien se atreve a competir.

El coordinador del PVEM, el llamado niño verde, Jorge Emilio González, que también asistió poco a los debates, llegó a tiempo para intervenir cerca de las 10 de la noche y recalcar que en su bancada están muy orgullosos de haber participado en esa reforma.

Por la noche, tras la aprobación en el Senado de los cuatro dictámenes, el presidente Enrique Peña Nieto reconoció en su cuenta de Twitter la labor de los legisladores. “Mi reconocimiento a los integrantes del @senadomexicano, por la aprobación de la legislación secundaria de la #ReformaEnergética”.

Agregó que dicha reforma incrementará la seguridad energética, elevará la competitividad del país y significará ahorros para las familias mexicanas.