Portada
Presentación
Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega
Crítica y arte
de la inventiva
Adriana Cortés Koloffon
entrevista con Julio Ortega
Un negro 18 de julio
Rodolfo Alonso
Las lágrimas del
exilio español
Yolanda Rinaldi
Filosofía y psicoanálisis
Germán Iván Martínez
Crónica de un
posible regreso
Juan Manuel Roca
Filosofía, política y
poder: los Cuadernos
negros, de Heidegger
Ángel Xolocotzi
Aeropuertos
para mariposas
Ricardo Bada
Nacimiento
Nikos Fokás
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Columnas:
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Mentiras Transparentes
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Alonso Arreola
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Zoonoridades
Cuando la luna se pone regrandota/ como una pelotota y alumbra el callejón,/
se oye el maullido del triste gato viudo/ y su lomo peludo se eriza con horror./ Pero no falta quien mande un zapatazo/ que salga hecho balazo a quitarle lo chillón.
Chava Flores
Son las 5:30 de la mañana. En Coyoacán, al sur de Ciudad de México, los pájaros inician su sonata matutina. De a poco se les suman la lengua del barrendero, la tos estentórea de los camiones, el coraje de los policías que silbato en labio vengan su desvelo ante casas aún dormidas. Afectados por el insomnio, recordamos un islote en la vera del Níger donde escuchamos el más estruendoso concierto aviario concebible. Recordamos, también, una tarde de hace muchos años transcurrida en un albergue dedicado al cuidado de animales silvestres (lobos, jabalíes, águilas, víboras), todos rescatados por biólogos del gobierno del DF: al ocultarse el sol crecieron los murmullos en sus jaulas, el aire se cubrió con un manto invisible y orquestado en el que todos parecían afinarse para dar inicio al gran Silencio.
Era callejero por derecho propio./ Su filosofía de la libertad/ fue ganar
la suya sin atar a otros/ y sobre los otros no pasar jamás.
Alberto Cortez
Amanece, decíamos. Hemos pasado la noche bosquejando el guión de un recital dedicado al aniversario 55 del libro Bestiario de Juan José Arreola, que se llevará a cabo en el Teatro Degollado de Guadalajara el próximo nueve de agosto. Sea con animales humanizados (“A grito pelado, como un tubo de órgano profano, el cuello del avestruz proclama a los cuatro vientos la desnudez radical de la carne ataviada”) o con hombres animalizados (“En una plaza de las afueras, un saltimbanqui polvoriento exhibía una mujer amaestrada”), unos y otros textos nos han hecho pensar en la batalla que hoy sostienen los circos frente a quienes no desean más bestias en sus carpas.
Yo quisiera no ver tantas nubes oscuras arriba./ Navegar sin hallar tantas
manchas de aceite en los mares/ y ballenas desapareciendo por falta de
escrúpulos comerciales. /Yo quisiera ser civilizado como los animales.
Roberto Carlos
Foto: Jarbas Agnelli |
Políticos y empresarios arguyen razones, se insultan y se tiran a las calles para esgrimir pancartas ante oficinas incompetentes. Su coro no es natural ni orgánico. Su partitura es la del desconcierto, a diferencia de la de la sociedad civil. Mientras tanto, en perfecta armonía, miles de leones, tigres, osos, monos, caballos, elefantes, cebras, camellos y demás coterráneos (en el sentido más literal del término) aguardan veredictos que no saben ni a viento, ni a nube, ni a tierra mojada.
Andalusia I remember. I hear them laugh like I gasp. I see them dance like I succumb.
I did not know one could have so much fun around a tomb.
Francis Cabrel
No somos vegetarianos ni estamos en contra de toda expresión cultural que involucre animales. Incluso justificamos algunas incongruencias con tal de alejarnos de fundamentalismos paralizantes. Sin embargo, y aunque hay muchos pendientes que deben tomar con igual fiereza las agendas públicas (la cantidad de fauna silvestre que vive en sótanos, azoteas y patios inapropiados es tan escandalosa como la de quienes ignoran su sufrimiento), nos enfocamos hoy en un solo tema: no más circos con animales. ¿Qué pasará con los artistas que allí trabajan? Tendrán que ser mejores y más creativos. El circo que se atreva al cambio y dé el primer paso conocerá un éxito inmediato. ¿Qué sucederá con sus animales? Muchos morirán en el encierro, el abandono o el olvido (acaso la misma cosa) pero seguramente –ojalá– serán la última generación inmolada en los espectáculos mexicanos avalados por la ley.
Man gave names to all the animals, in the beginning, in the beginning.
Man gave names to all the animals, in the beginning, long time ago.
Bob Dylan
Hay que insistir. ¿No es mejor el canto de los libres (animales y humanos… doctor Mireles?) que transforman el entorno buscando felicidad y esplendor en su propia naturaleza, que la imposición de quienes pagan por el espectáculo de la degradación?
Like a bird on the wire, like a drunk
in a midnight choir I have tried
in my way to be free.
Leonard Cohen
Lectora, lector. Buen domingo. Buena semana. Buenos maullidos.
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