Rechazo al PIM
onfinada en una estrecha celda en la que convive con otras 20 presas vestidas de blanco, Enedina Rosas Vélez borda, aunque no le gusta. Tiene 60 años y desde el pasado 6 de abril ve pasar sus días tras las rejas del centro de Readaptación Social de Atlixco, Puebla. Su delito: haberse negado a entregar las tierras del ejido San Felipe Xonacayucan para que fueran atravesadas por los tubos de un gasoducto que forma parte del Proyecto Integral Morelos (PIM).
Como comisariada ejidal, Enedina se negó a firmar la venta de sus tierras a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). La cárcel fue su castigo. Se le acusa de obstrucción a una obra pública, pero como ese delito alcanza fianza, se le sumó el de robo de dos celulares al ingeniero José Reyes Méndez, responsable de la obra, quien jamás confirmó su acusación. Se trata, advierte Mario Velez, del Frente Nacional de Organizaciones y Pueblos en Lucha, de mantenerla presa como medida de presión para todo el ejido. Y ya pasaron más de tres meses.
A finales de julio, Enedina terminará su periodo al frente de la comisaría. Su firma ya no valdría. Pero la mantienen en la cárcel para sembrar miedo al pueblo, y para que el próximo que ocupe el cargo no se resista a vender. De cualquier forma, señala Velez, la comunidad está firme y dispuesta a defender sus tierras, pues es su vida la que corre peligro. El gas explota y ese es un argumento suficiente para oponerse al proyecto.
El gasoducto llegó a San Felipe Xonacayucan de la mano de la CFE hace tres años. Nos plantearon que iba a beneficiarnos, que era amigable con el medio ambiente, pero está cerca de un volcán activo y eso no va a terminar bien
, dice Enedina, desde su celda, a la reportera Carolina Bedoya.
El PIM atraviesa 80 pueblos de los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala. Contempla la construcción de dos centrales termoeléctricas en Huexca, Morelos; un gasoducto de 160 kilómetros que transportará 9 mil 61 millones de litros de gas al día en la zona de riesgo del volcán Popocatépetl, actualmente activo, y un acueducto que transportará 50 millones de litros de agua al día a través de 19 pueblos del municipio de Ayala, Morelos.
No es poco lo que se juega, por lo que empresarios y gobiernos van de la mano con este proyecto que mantiene a Enedina en la cárcel. Los acusadores siguen sin presentarse a declarar. La defensa ya presentó todas las pruebas de su inocencia. Ahora vienen nuevas citas de los jueces, multas si no se presentan los acusadores, edictos y demás artilugios para alargar el tiempo.
Mientras, Enedina, mujer de campo, borda aunque no le guste.