Río de Janeiro, 13 de julio.

El dolor de perder una final dura para toda la vida. El mediocampista Javier Mascherano lo dijo apenas terminó el partido en el que a Argentina se le fue de las manos la Copa del Mundo de 2014 en los minutos finales.

Lamentablemente el dolor va a ser de por vida porque esta era nuestra oportunidad, comentó sin ocultar el pesar.

El dolor es inmenso porque queríamos llevar el trofeo de vuelta a Argentina, pero hemos dado todo. Hoy nos vaciamos, dimos lo que teníamos y lo lamentamos por nosotros, por la gente que vino, por la gente que está allá, agregó.

Mascherano resumió que así es el futbol de azaroso y que en esta final les faltó a los albicelestes esa cuotita de suerte que los alemanes sí tuvieron.

En el timón del equipo derrotado, Alejandro Sabella hizo su balance sobre lo que ocurrió en este encuentro. Concluyó que a Argentina le faltó eficacia para no errar las oportunidades.

Fue un partido muy parejo, arrancaron mejor ellos, un equipo que maneja bien la pelota, muy preparado. Hubo vaivenes, con mayor posesión y dominio de Alemania, pero las jugadas más claras las tuvimos nosotros, evaluó Sabella.

El técnico lamentó que su escuadra gozara de un día menos de descanso y haber jugado dos suplementarios por sólo uno de su rival a lo largo del torneo.

En estos partidos hay que tratar de convertir y ser eficaz, nos faltó un poco de contundencia, explicó Sabella sobre las claras ocasiones de gol no convertidas por Gonzalo Higuaín, Lionel Messi y Rodrigo Palacio.

Pese a la tristeza por no conseguir el título –que no logran desde México 1986–, el estratega felicitó y elogió a sus dirigidos.

Más allá del dolor de una derrota, se pueden mirar al espejo porque dieron todo por el grupo y la selección, añadió antes de reconocer que sus hombres y él están muy amargados.

Estoy con el dolor normal de haber perdido, pero muy satisfecho porque lo dieron todo, es un grupo extraordinario, maravilloso, se vio en la cancha lo que se veía fuera, elogió el técnico que llevó a la albiceleste a una final 24 años después.

El objetivo mínimo era cruzar el Rubicón (de cuartos de final), porque a veces en Argentina nos creemos más de lo que somos. Cuando llegas a una final, quieres ganarla. Tenemos la frustración de no haber podido lograr el sueño, pero el deber está cumplido. El mínimo es dar el ciento por ciento y lo hemos dado todo, es una doble sensación, señaló Sabella, quien consideró que el de hoy en Río de Janeiro fue el mejor partido de su equipo en el Mundial.

Después de 24 años, estos jugadores hicieron historia, ganaron. Nos queda un sabor amargo, pero dieron todo y eso es muy importante, enfatizó.

Sobre el reconocimiento del Balón de Oro para Messi, el entrenador aseguró que el 10 albiceleste se lo merecía pues, al margen del reconocimiento, desde hace tiempo está en un lugar especial dentro del balompié.

Lo merecía porque jugó un gran Mundial, fue un factor fundamental para que llegáramos hasta aquí. Messi está en el Olimpo desde antes, hace rato que está en el Olimpo, dijo.