Considerado uno de los programas estratégicos para el impulso al desarrollo científico y tecnológico del país, el Sistema Nacional de Investigadores (SIN) enfrenta una crisis de evaluación, reconoció Julia Tagüeña Parga, directora adjunta de Desarrollo Científico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Ante la crítica inteligente de la comunidad científica al modelo de valoración del trabajo para generar nuevos saberes e innovación con que se distribuyen estímulos económicos a los investigadores, hay que corregir, destacó.

La funcionaria admitió que la evaluación debe ser actualizada. Estamos en un momento en que hay una discusión internacional sobre el tema. Estamos muy abiertos a escuchar opiniones, a mejorar procesos, pero siempre en la búsqueda de la excelencia, dijo.

Advirtió que si bien se busca promover la multidisciplinariedad y los proyectos de largo aliento, ello deberá sujetarse a un control de calidad.

Agregar nuevas líneas

Agregó que no se buscará cambiar el actual modelo de evaluación, a través del SNI, por otro nuevo. Se trata, dijo, de agregarle nuevas líneas, entre ellas que los científicos no dejen de publicar los resultados de sus investigaciones, pero también valorar la aplicación práctica de sus conocimientos.

En entrevista con este diario, también enfatizó que el plazo de 25 años –establecido por el Conacyt en el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2014-2018– para alcanzar el crecimiento científico de países desarrollados, como Francia, de acuerdo con el monto de inversión del producto interno bruto es realista, hay un camino largo que tenemos que recorrer.

Aseguró que lo anterior es una visión optimista, de que sí podemos mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos, aunque aclaró que no necesariamente debe ser la que han alcanzado otras naciones, porque se difiere culturalmente. No necesariamente lo que un francés quiere hacer de su vida lo quiere un mexicano.

Tagüeña Parga, experta en física y ex directora general de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, explicó que “lo que quiero para mi país es que la gente viva bien, pero respetando cómo quieran hacerlo. Hay ciertos commodities de la vida desarrollada que no necesariamente es lo que México quiere”.

Interrogada sobre las críticas de integrantes del SNI, sistema que agrupa a más de 20 mil investigadores de instituciones públicas y privadas de todo el país– sobre los efectos negativos de un programa de estímulos económicos que favoreció la búsqueda puntuaciones individuales y no el trabajo colaborativo, insistió en que lo que está en crisis es la evaluación de pares.

La funcionaria, nivel tres del SNI por su trabajo en el Centro de Investigación de Energía de la Universidad Nacional Autónoma de México, agregó que la valoración internacional y de calidad del trabajo científico aún se realiza en México y el resto del mundo a través de comités de pares, que reúne a expertos de una misma disciplina.

No se nos ha ocurrido otra forma de hacer una evaluación; realmente ese sigue siendo el mecanismo para definir la calidad en un proyecto, en un trabajo; de hecho, el Conacyt se basa en comisiones que actúan con libertad y nosotros avalamos.

Por ello, insistió, estamos en un momento en que tenemos que repensar la evaluación, porque nos hemos ido cada vez más hacia una ciencia multidisciplinaria; cada vez más la ciencia no se ve como una disciplina, sino como la solución de un problema.