ás mascotas son enterradas en jardines de viviendas estadunidenses que en cualquier otro lugar, pero cada vez en más sitios es ilegal, como en Los Ángeles. Para los que quieren algo único, el cielo es el límite, literalmente.

Desde las empresas que envían los restos de su mascota a los cielos hasta las que ayudan a echarlos en el mar o convertirlos en una alhaja para su broche favorito, hay una amplia gama de opciones:

Diamantes LifeGem. LifeGem es una compañía fundada hace 13 años en Elk Grove Village, Illinois, que transforma hebras de pelo o restos de una mascota (o persona) en un diamante sintético incoloro, azul, rojo, amarillo o verde, que cuesta entre mil 999 y 24 mil 999 dólares.

Ascenso en globo. La Eternal Ascent Society (Sociedad de Ascenso Eterno) en Newport Richey, Florida, envía los restos de su mascota a los cielos, expresa Joanie West, propietaria de la compañía desde hace 16 años. La empresa coloca los restos en un globo de 1.5 metros de diámetro, añade helio y lo deja ascender en un lugar elegido por la familia.

Entierro en el mar. La empresa Ashes on the sea (Cenizas en el mar), que ofrece sus servicios en California y Hawai, echa las cenizas de una mascota en el mar a un costo de entre 250 y 350 dólares. Las familias pueden observar el proceso desde una embarcación o la playa.

Jardín. No cuesta, es ecológico, puede visitarse en cualquier momento y la ceremonia de despedida puede ser sencilla o elaborada. Pero en muchas partes es ilegal.

Cementerio de mascotas. Incluye un lote de tierra o espacio en un mausoleo. Es posible adquirir una lápida o una placa. Puede costar desde varios cientos a varios miles de dólares, según el tamaño, la ubicación, el tipo de ataúd o cremación, la urna y otros costos.

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