e aprueba!, dice solemnemente el senador o diputado que presida la sesión. Y ya tenemos la totalidad, o casi, de las afamadas reformas estructurales que el gobierno de Enrique Peña Nieto acordó en el sorpresivo y nada sorprendente pacto, para admiración en los círculos de poder de la globalidad, para desesperación de los entrampados en la transición en presente continuo. Se acata. Pero no se cumple, reza la frase de la sumisión colonial a las apariencias. No es el caso, pero ya aprobadas las reformas constitucionales hay varias que no se acatan ni se cumplen.

Los exámenes de evaluación para alcanzar una plaza de maestro, por ejemplo. Ahora que ya no se venden ni se someten a servidumbre sexual, a ser heredadas directamente, por parentesco o simulación de proximidad genética. Logro indudable de la reforma, pero para que sea efectivo se necesitan autoridades que lo sean. En Michoacán, donde un comisionado hace las veces de jefe político del porfiriato, no habrá exámenes, no podrán llevarse a cabo. Conforme a los usos y costumbres del desgobierno y la presencia caciquil, los papeles, los documentos, los afamados exámenes desaparecieron, se desvanecieron. Nadie sabe... Y todo el mundo sabe quién, cómo, cuándo y por qué aplicó el arte de birlibirloque: Total, ahora lo que circula en las redes sociales es el llamado a raparse en señal de solidaridad con el doctor Mireles.

De Oaxaca, ni hablar. La fuerza de la sección 22 y la etérea fragilidad del gobernador Gabino Cué son ya paradigmáticas. Eso y las décadas de haberse instaurado en la tierra del abogado Benito Juárez García el caos anarquizante que hace verano, otoño, invierno y primavera en el vacío de poder constituido. Ahí floreció prematuramente la democrática flor que sólo en mayo se ve; y la pluralidad de partidos se hizo una en oposición al PRI que agonizaba; la derecha panista y la izquierda perredista se unieron, se aliaron, integraron una coalición, o simplemente sumaron dinero y esfuerzos para acabar con la larga hegemonía del partido oficial. Aunque ya no era oficial el otrora invencible: ya gobernaba, es un decir, Felipe de Jesús Calderón; y ya había pasado por ahí Vicente Fox con su incontinencia verbal y el despistado cinismo que preguntaba: ¿Y yo por qué?

La coordinadora, la sección 22 del sindicato de trabajadores de la educación impone la fuerza, prohíbe los exámenes y aplica la ley del garrote en cada escuela, tal como lo ha hecho con la Guelaguetza, festival vetado por estar a cargo del gobierno; y ellos ya festejan su propia danza del pueblo, con el pueblo y por el pueblo. Polvos de aquellos lodos. Mientras Gabino Cué repasa la cuentas del rosario, Héctor Joaquín Carrillo Ruiz, procurador general de Justicia del estado, anuncia que ha detenido a Bulmaro Rito Salinas (colaborador que fuera de Ulises Ruiz), ex presidente del Congreso local y ex coordinador de Coplade. El monto es de unos 563 millones de pesos; y el juez podría dictar al indiciado una sentencia de 15 años de cárcel.

Tienen, atrás del espejo, la vista fija en el pasado que no está a espaldas de ellos, sino al frente: el futuro es lo desconocido. Y el atractivo irresistible del abismo. La enésima reforma electoral los une al coro que demanda equidad de género en un país de desigualdad extrema. Nada importa: una de cada dos candidaturas de cada uno de los 10 partidos políticos ha de ser para una mujer. Al ritmo de los cangrejos que marchan al compás. En 17 estados de la República federal y laica han aprobado la criminalización del aborto, al que se había despenalizado trabajosa y lentamente en casi todo el país; con firme claridad en el Distrito Federal. Ahora, para defender el derecho a la vida, la derecha extrema de la clerigalla y el neonazismo, la derecha de los priístas que se han quitado la máscara del nacionalismo revolucionario y adoran al becerro de oro, suman votos a los de uno que otro presunto izquierdista en favor de la retrógrada reforma antinatura.

La vida comienza en el instante mismo de la gestación, dicen estos ignaros. Y en Guanajuato, donde la vida no vale nada, ya fueron sentenciadas a 30 años de prisión unas pobres mujeres que abortaron. El cargo: homicidio. Y ahí, bajo el cerro del Cubilete, gobierna Miguel Márquez, panista, sucesor del hombre de Calderón, operador de la revolución como la Cristera que resultó en la guerra que cobró decenas de miles de vida y sembró al territorio nacional de tumbas colectivas, de muertos sin nombre y no certificado de defunción. La relatora de la ONU estuvo en México y exhibió la violencia contra las mujeres que envilece la vida en nuestra pobre República. El estado de México, Guanajuato y Morelos encabezan la lista del horror.

Asegura el gobernador Miguel Márquez que la violencia contra las mujeres tiene raíces y causas complejas, pero Guanajuato ya ha avanzado con propuestas y planteamientos. Ah, caray. En los recientes cinco años, informa La Jornada, han fallecido en Guanajuato 263 mujeres, víctimas de homicidios; y de 2010 a 2013 la Secretaría de Salud estatal atendió a casi 80 mil mujeres víctimas de la violencia. Equidad de género: ni para padecer hambre y compartir el futuro de la mayoría atrapada en la desigualdad y en espera de que el sol salga por el poniente.

Hay nuevos partidos incorporados al juego en espera del registro definitivo que les proporcionaría obtener el 3 por ciento de la votación en las elecciones federales de 2015. Morena es movimiento y el motor es Andrés Manuel López Obrador. El de Tabasco cree en verdad que 20 años es nada. Lo sostiene el miedo de los que se quedaron con el PRD, tal como lo impulsó en el pasado la obsesión de PRI y PAN por eliminarlo de una contienda que no podía ganar y ellos sí podían perder. Movimiento social que si llegara a organizarse políticamente podría sobrevivir al 3 por ciento y postularse por tercera vez a la Presidencia de la República.

No todos los que manipulan los hilos del poder siguen ciegamente a los Chuchos. Zambrano vaga en busca de una ideología que desecharon para hacer lo que en otras latitudes sería normal que haga un partido político: negociar, concertar, acordar, pactar. El senador poblano, Miguel Barbosa, afirma que López Obrador no va a combatir al PRI, sino al PRD, al que quiere desplazar como tercera fuerza política. Poca ambición para un guía mesiánico que no tiene que ir a bailar a Chalma para reunir a los hombres que dispersó la danza de las derrotas sucesivas, cada una más amarga que la anterior. Ahí siguen, en las nóminas, al amparo de partidos que deben su permanencia al estratega de Nacajuca que no admite victoria ajena, ni errores propios. Muchos han hecho fuerza política de esas debilidades. Y todos bajan la mirada al dar la bienvenida al pastor del rebaño.

Menos mal que las prédicas de López Obrador son llamados a una moral propia de la desmesura tropical. Las de Hugo Éric Flores, dirigente de Encuentro Social, son de un pastor de aleluyos, abiertamente violatorias de la Constitución. Será porque el triunfo de la derecha panista y de los priístas que salieron del closet sigue la guía de obispos y jerarcas de la clerigalla que se burlan de la norma constitucional, de la separación Iglesia-Estado y de los pobres niños ricos que bailan al son que les tocan.

La reforma es nuestra. Las estructurales son de los de arriba; del uno por ciento que ve la tempestad y prefiere hacer una represa que esperar la aguas desbordadas del diluvio que viene.