Los seis monos verdes del bioterio del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) Manuel Velasco fueron adquiridos en 1998, cuando no existía la obligación de demostrar la legal procedencia, aunque su situación se regularizó en 2011, año en que la UNAM los transfirió a la Secretaría de Salud.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) hizo una inspección al bioterio en 2011 y se acreditó la situación legal de los monos, especie exótica africana que en México no se encuentra, pero no se descarta hacer otra visita para corroborar que se trata de los mismos ejemplares, sostuvo Alejandro del Mazo Maza, subprocurador de Recursos Naturales.

La evaluación del estado en que se encuentran los ejemplares en el bioterio corresponde al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) de la Secretaría de Agricultura; el pasado primero de julio se canalizó la denuncia a este organismo y aún no hay respuesta de la información que han recabado, dijo en entrevista.

Los monos se encuentran en un laboratorio del INNN como parte de un proyecto de investigación sobre la enfermedad de Parkinson. De acuerdo con quejas que se han presentado ante la Profepa, el sitio donde se encuentran no cuenta con las condiciones de alojamientos señaladas en la NOM 062-Zoo-1999 (La Jornada, 6-06-14).

En México sólo se encuentran los monos sarahuato y araña. Sin embargo, los ejemplares de mono verde que están en el bioterio sí están incluidos en el apéndice 2 de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, explicó. Ya que no se trata de una especie mexicana, no está incluida en la norma 059, que incluye las variedades de flora y fauna bajo protección especial.

Adquiridos por la UNAM

Sabemos que en un principio estos monos fueron adquiridos por la Facultad de Medicina de la UNAM, y después transferidos al bioterio del INNN mediante un convenio de colaboración. Se trasladaron el 22 de junio de 2012. En 2011 fue inspeccionada su legal procedencia por la delegación de la Profepa de la zona metropolitana del valle de México. Ahí se corroboró y se acreditó la legal procedencia de estos ejemplares, explicó. La comercializadora que vendió esa fauna hace 16 años ya no existe.

En este momento, dijo, se valora si se hace una segunda revisión desde las oficinas centrales, para ver si se trata de los mismos ejemplares, pero nosotros sólo podemos verificar el tema de la legal procedencia. La inspección depende de que se pueda programar, ya que hay “otras actividades y operativos en todo el territorio nacional, por lo que debemos buscar el espacio para llevarla a cabo”.