Para la compositora Marcela Rodríguez (DF, 1951) es impensable separar su trabajo creativo de su contexto histórico, político y social.

No puedo negar ni dar la espalda a la realidad. Uno siempre debe tener conciencia de ella; es muy fácil perderla, porque es muy sencillo vivir cómodamente, sin enterarse de nada, afirma.

Por fortuna, creo que ese nunca será mi caso. Estoy convencida de que, sin importar a lo que nos dediquemos, todos debemos tener conciencia de lo que está pasando a nuestro alrededor y hacer algo al respecto.

Estas precisiones de la también promotora cultural vienen a cuento por su obra más reciente, Nocturno violento, cuyo estreno mundial tendrá lugar este fin de semana a cargo de la Sinfónica de Minería, como parte del segundo programa de la temporada 2014 de la orquesta.

Lamento profundo

Con esta pieza, Marcela Rodríguez expresa pesar y desacuerdo por las circunstancias que vive México en términos de violencia, corrupción y criminalidad.

Estamos en un momento espantoso en este país y no se me antojaba hacer nada alegre. La situación es tan terrible que debemos tomar conciencia y manifestarnos con lo que cada uno hace, en mi caso, con la música, señala en entrevista.

“Esta obra es un gran lamento profundo, una obra triste, pero no podía escribir algo diferente en este momento, ante la violencia y la corrupción, la falta de ética de nuestro gobernantes, nuestros conciudadanos y nosotros mismos.

Tengo una profunda tristeza por nuestro país, por pensar que hay gente que se dedica a matar, a vender y comprar mujeres, niñas y niños. Tenemos que tomar conciencia de todo eso y repensar a nuestro país.

No obstante todo lo anterior, la compositora no está en contra del arte per se, es decir, del arte realizado por y para el simple goce estético.

El arte por el arte es también maravilloso, bellísimo, pero cuando todo está en orden. También soy capaz de hacer una obra que nada tenga que ver con lo que pasa en el entorno; no creo que sea una forma de mentir, pero no es algo que quiera ni me nazca hacer. Ahora tengo ganas de decir que estoy triste.

Marcela Rodríguez y José Areán, el miércoles, en la Sala NezahualcóyotlFoto José Antonio López

Violencia y dulzura

Nocturno violento es resultado de un encargo a Marcela Rodríguez de la Sinfónica de Minería. Se trata de una obra de 15 minutos para orquesta sola, integrada por un solo movimiento, aunque dividida en dos partes.

Su hechura responde también a una inquietud de la autora por trabajar ese formato, debido a que la mayoría de su obra orquestal consiste en conciertos para instrumentos solistas y orquesta.

“Quise hacer un nocturno y después que este fuera violento. Y así quedó, finalmente: un nocturno violento que es como lamentos de la noche. Es una obra oscura, densa, llena de texturas que se contraponen. Hay violencia, pero también cierta dulzura. En uno de sus momentos, cito un lieder de Mahler”.

Los contrabajos y las tubas son los instrumentos principales utilizados por Marcela Rodríguez en esta partitura, lo cual es de llamar la atención, debido a que generalmente ambos son los que soportan la armonía de toda la orquesta.

Pensé que los contrabajos y las tubas me ayudarían mucho a resolver esa textura oscura de la tristeza, del dolor, precisa.

Se trata de una obra atonal, incluso está llena de clúster (racimos de notas) de la orquesta completa, e incluye varios corales. Todo ello la hace una pieza con cierta complejidad para su ejecución, no así para escucharla.

Si en algo ha sido insistente la compositora a lo largo de su trayectoria es que escribe música no para ella, sino para que la escuchen: Siempre me ha gustado que entiendan lo que quiero decir o lo que el público quiera escuchar. No soy de esos músicos que dan la espalda a sus escuchas, generalmente mis obras son accesibles.

El estreno mundial de Nocturno violento compartirá programa con el Triple concierto para violín, violonchelo y piano de Beethoven, a cargo del Trío Wanderer; y la Octava sinfonía de Dvorak. José Areán estará al frente de la Orquesta Sinfónica de Minería.

Los conciertos serán en la Sala Nezahualcóyotl (Insurgentes sur 3000, Ciudad Universitaria), el sábado a las 20 horas y el domingo a las 12 horas.