De continuar con tasas de crecimiento cercanas a 2.5 por ciento anual, como ha sido casi el promedio en las últimas cuatro décadas, la economía mexicana tardaría un siglo alcanzar el promedio actual de las naciones que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), sostiene un análisis de Consultores Internacionales (CI) con base en cálculos del organismo.

Indica que para elevar la tasa de crecimiento no bastan las reformas, sino que es necesario realizar toda una serie de ajustes a la economía, entre otras cosas mediante políticas de desarrollo social que conduzcan a la eliminación gradual de la pobreza, no mediante transferencias, como hasta ahora, sino con la generación de empleo bien remunerado.

Consultores Internacionales refirió que de acuerdo con datos de la OCDE, México se ubica en último lugar dentro de los países miembros, con un ingreso de poco más de 13 mil dólares per cápita, mientras en Estados Unidos se tiene uno de 46 mil 195 dólares por persona y el promedio de todos los países miembros del organismo es de 32 mil 22 dólares.

Consideró que aunque la economía lograra elevar su ritmo de crecimiento anual a 4.3 por ciento, de todos modos tardaría 50 años en alcanzar el promedio actual de la OCDE, aunque señaló que el problema no es lograr ese ritmo de crecimiento sino mantenerlo por más de cuatro años.

Por ello destacó que sólo mediante una serie de ajustes a la economía mexicana sería posible mantener la tasa anual de crecimiento por un largo periodo.

Tales ajustes, indicó, implican la revisión a fondo de la reglamentación para simplificar trámites y fomentar la formalización de la actividad económica, así como encontrar la forma de detener la corrupción y hacerla menos atractiva mediante severos castigos a quienes la practiquen.

En ese sentido, consideró que disminuir la corrupción entre las autoridades hacendarias podría llevar a que la gente estuviera más dispuesta a pagar impuestos, debido a que tendría confianza en que no se los va a robar nadie, y puede elevarse la calidad de los servicios públicos.

Agregó que es necesario diseñar políticas públicas que favorezcan la movilidad social ya que, según datos del Centro Espinosa Yglesias, la movilidad social en México es casi inexistente. De acuerdo con ese Centro, la mayoría de los adultos que trabajan no tienen mejor posición ni salario ni un acervo de riqueza mayor al de sus ancestros, y sus hijos no esperan lograr un nivel superior de vida, lo cual indica un nivel de desánimo generalizado.

Es claro que para crecer más rápido y alcanzar el objetivo de crecimiento sostenido con estabilidad, que promueva un mayor nivel de bienestar, no será suficiente con aprobar las reformas pendientes; es necesario instrumentar correctamente la puesta en marcha y aplicación de las mismas, con sus leyes secundarias acordes con el objetivo de eliminar trabas al crecimiento, para luego pasar a un proceso de revisión de los detalles que frenan la inversión y promueven el desaliento social, puntualizó.