Sábado 5 de julio de 2014, p. a14
Miami, 4 de julio.
Fabien Cousteau, el nieto del famoso biólogo marino francés Jacques Cousteau, emergió de las aguas turquesas de los Cayos de Florida el miércoles por la mañana, marcando el final de una estancia récord bajo el agua de 31 días junto a un grupo de científicos y documentalistas.
Cousteau, de 46 años, con otros dos científicos, inició la inmersión de 18 metros hasta el Aquarius, un laboratorio submarino de 13 metros de longitud en el fondo marino de Cayo Largo el primero de junio tras años de preparación y retrasos.
Si bien el objetivo de Cousteau era lograr apoyos para la conservación del océano, los equipos de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad Northeastern estudiaron también en el laboratorio el impacto de las aguas cambiantes en la vida submarina.
La habilidad de vivir bajo el agua permitió a los investigadores introducirse en el hábitat varias veces al día, incluso en mitad de la noche, para recoger muestras de los arrecifes de coral cercanos y observar la vida marina que de otra forma sería imposible.
Misión 31 exitosa
Aquarius tiene aire acondicionado y está equipado con acceso a Internet, una ducha, un baño y seis literas, además de varias claraboyas que permiten a los ocupantes tener una visión de la vida marina las 24 horas del día.
El viaje de un mes fue un éxito, pero a la llamada Misión 31 no le faltaron desafíos. Una noche el aire acondicionado dejó de funcionar y llegamos a estar a 35 grados centígrados con 95 por ciento de humedad
, dijo el biólogo marino Andrew Shantz, que pasó 17 días en el laboratorio a comienzos de junio.
Vimos a un mero gigante atacar a una gran barracuda, que era algo que jamás imaginé que podía pasar
, dijo Shantz.
El anterior récord de permanencia bajo agua lo ostentaba el abuelo de Fabien Costeau, que en 1963 pasó 30 días en una instalación similar a unos nueve metros de profundidad en el Mar Rojo.