a 60 Legislatura de Guerrero habrá de pasar a la historia. No lo hará, sin embargo, por sus posturas de avanzada, sino por los retrocesos que en ella se han dado, en particular en relación con las mujeres, los indígenas y los migrantes.

Tocó a este Congreso sesionar en torno a temas espinosos como la adecuación de leyes locales a las federales, promulgar la nueva Constitución del estado y discutir la despenalización del aborto.

En el primer caso, la adecuación de leyes, destacó la paridad electoral entre hombres y mujeres. El gobernador Ángel Aguirre Rivero presentó la propuesta para que los partidos postularan mujeres a 41 de las 81 alcaldías, de acuerdo con la proporción de ambos sexos en el padrón electoral. La propuesta fue rechazada con el argumento, planteado por panistas y respaldado por los demás partidos, de que no hay suficientes mujeres capaces de gobernar 41 municipios. No sólo eso: el diputado priísta Omar Jalil Flores Majul se dedicó durante la sesión nocturna a tomar fotografías a las reporteras que dormitaban en momentos de poca actividad legislativa, para luego exhibirlas. Todo mundo puede tomar las fotos que considere pertinente, justificó.

En cuanto al aborto, la despenalización propuesta por el Ejecutivo fue rechazada en comisiones con el voto, entre otros, de la presidenta de la comisión de género y equidad, la perredista Ana Lilia Jiménez Rumbo, quien no oyó argumento alguno de organizaciones de mujeres ni de la dirigencia de su partido.

En la nueva Constitución, el Congreso local omitió incluir la Ley 701, que regula a la Policía Comunitaria, lo cual deja un hueco que podría invalidar a esta organización de gobierno indígena; y cerró el paso a la designación de un diputado que represente a los migrantes de Guerrero, pese a ser éste uno de los primeros estados expulsores de mexicanos.

No obstante, varios de estos diputados quieren ser candidatos a alcaldes. La mayoría son, valga decirlo, varones.