Jueves 3 de julio de 2014, p. a13
San Miguel de Allende, Gto., 2 de julio.
En la comunidad indígena de Tierra Blanca de Abajo viven con miedo. El cáncer de pulmón y mesotelioma maligno han matado a familias enteras, afirman los otomíes.
Por la localidad atraviesa el río San Damián, rico en materiales pétreos y con rastros de erionita.
Las abuelas indígenas dicen que desde hace 60 años una extraña enfermedad
ha terminado con la vida de esposos, hijos, nietos, sobrinos, hermanos y cuñados. No distingue edades, ataca por igual a jóvenes de 25 años que a mayores de 50.
En Tierra Blanca de Abajo, comunidad con casas de adobe, caminos de terracería y piedra, con cactáceas y mezquites, la gente vive del campo, de la albañilería, de la migración y muere de cáncer de pulmón.
Hace unos días, bajo la sombra de grandes mezquites, los indígenas denunciaron el problema de salud ante representantes de las secretarías de Salud, de Obra Pública, de Desarrollo Social y Humano, Medio Ambiente y Recursos Naturales, del Instituto de Ecología y de la Procuraduría Ambiental.
Mi gente se acabó por el cáncer, mi padre y mi tío; muchos se han ido de aquí por miedo
, relató la indígena Consuelo Guerrero.
Solicitaron que la Secretaría de Salud de Guanajuato haga una revisión médica de los pobladores de la zona y que el gobierno estatal financie las investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México para que sean identificados todos los depósitos de erionita.
No pueden mover ni una sola piedra con la autopista hasta que no se haga un estudio más profundo
, consideró Magdaleno Ramírez Ramírez, el presidente del Consejo Estatal Indígena.
Margarita Ramírez, ñañú de 54 años de edad, dijo: Mi esposo José Refugio murió hace seis años; mi cuñada Martina hace dos, y mi madre en 2000. Por eso queremos que nos ayuden, no queremos que se mueran nuestros hijos y nuestros nietos
, pidió la mujer.