ntrevistado por Adela Micha el pasado 19 de junio en el canal 2 de Televisa, Miguel Ángel Mancera reiteró que ‘‘en este momento’’ está trabajando para la ciudad de México y no piensa en afiliarse al PRD: ‘‘No tengo una militancia ni voy a tener ahora una militancia. No me vas a ver ahorita afiliado a ningún partido’’, explicó. ‘‘¿Y sí te gustaría ser presidente?’’, le preguntó la conductora de programas de radio y televisión: ‘‘Simplemente creo que a cualquiera le llenaría de orgullo poder estar en ese cargo; que pudieran darse las condiciones, quién sabe (...) Es muy pronto, muy temprano, hay que trabajar mucho, hay que demostrar si es que realmente eso es lo que quieres y llegar en un momento dado a tomas de decisiones y luego ver si estás en el radar o en el mapa de quienes estarán haciendo las postulaciones…’’

Buena parte de la plática transcurrió por los senderos del deporte: ‘‘¿Te has sentido cómodo (como jefe de Gobierno)?, ¿te apasiona esto?, ¿sigues durmiendo?, ¿te has vuelto más neurótico o el deporte te sigue ayudando?’’, le preguntó la entrevistadora, y MAM contestó que sigue en esas prácticas: ‘‘Sí te ayuda mucho el ejercicio, eso te lleva a relajar. Me gusta salir, estar con los amigos, reírme, la verdad es que evito tener estadios de mal humor; te lo pueden decir mis colaboradores, y eso que hemos tenido crisis y problemas, ¿no? Pero no me gusta ser una persona ni malhumorada ni que se caracterice por sus reacciones neuróticas, ¿no?’’

No todos los capitalinos pueden sentirse relajados, salidores y sonrientes. El cuadro caótico ya institucionalizado en la ciudad de México se ha visto agravado por la decisión recaudatoria, falsamente protectora del medio ambiente, de extender sabatinamente el de por sí discutible programa denominado Hoy no circula, que con el inicio de mes ha entrado en vigencia y que desde ayer mismo generó una activa oposición ciudadana, vigorosa y plural, que confronta las políticas diseñadas por Tanya Müller, la secretaria de hierro del gobierno capitalino (no habrá marcha atrás en las medidas, anunció ayer, y defendió la operación de verificentros) y ejecutadas por Mancera.

Esa administración ha ido tomando decisiones burocráticas que le han ido confrontando con la base social de una urbe cargada a la izquierda, en un proceso constante e inequívoco de alimentación del enojo popular y de probable rechazo en las próximas urnas de la continuidad perredista en el poder, con varias delegaciones (cuando menos seis) desde ahora prefiguradas como opciones de retorno del priísmo, en alianza con el Verde y eventualmente con el PAN, ante una izquierda socialmente mayoritaria pero ¿intencionalmente? fragmentada y desmotivada.

Otros capitalinos pasaron de la alegría a la desazón. De viaje futbolero en Brasil, de ‘‘vacaciones’’, según la rápida reacción auxiliar del delegado en Benito Juárez, el panista Jorge Romero, dos panistas de relieve (fueron diputados locales en la capital del país y actualmente son funcionarios en la mencionada demarcación chilanga) se vieron involucrados, junto con otros dos mexicanos, en un incidente de presunto acoso sexual a una mujer y golpiza a la pareja de ésta.

Rafael Miguel Medina Pederzini, director general de gabinete y proyectos especiales en la delegación Benito Juárez, y Sergio Israel Eguren Cornejo, director general de desarrollo delegacional, aparecieron mediáticamente como sonoros contradictores de la moralina de un segmento del PAN que ha promovido la creación de una comisión senatorial de la familia y el desarrollo humano, presidida por el decimonónico panista José María Martínez Martínez, conocido como Chema. Poca congruencia ética habría en un partido de blanco y azul que pretende excitar a nivel nacional y desde una comisión plural a que se rechacen las normas estatales que permiten el aborto dentro de cierto periodo, cuando militantes destacados de esa organización derechista viven cotidianos escándalos de acusaciones cruzadas sobre corrupción y moches y de conductas vergonzosas y delictivas como las que se han registrado en el ámbito brasileño futbolero donde, por cierto, otros mexicanos se han esmerado en dar notas lamentables.

El pasado 12, cuando se instaló la polémica comisión mencionada, el senador panista Martínez Martínez hizo malabares para pretender escabullirse de la etiquetación de antiabortista. Explicó: ‘‘Vamos a trabajar por la vida, porque creemos en la vida y no compartimos con quienes han trabajado en este momento en favor del aborto. Nuestro trabajo va a ser por la vida (...) Reitero, no van a poder ustedes sacarme de este concepto, es una comisión, porque somos los primeros obligados, los representantes públicos, a trabajar por la vida (...) No voy a aceptar más este tipo de suspicacias de parte de ustedes’’. Y, ¿si viene de una violación la mujer…?: ‘‘No voy a aceptar este tipo de consideraciones de ustedes, porque ya lleva una imputación que no corresponde ni a mi dicho ni a mi convicción’’. Le acicatearon: ¿No está usted trasladando una posición partidista, un postulado de su partido a la comisión?, y respondió: ‘‘Jamás, nada. Estoy trasladando lo que pensamos la mayoría de los mexicanos’’. Pero esa es la doctrina del PAN, lo que piensa la doctrina panista...: ‘‘No, en absoluto, lo pensamos quienes eventualmente tenemos esa condición, esa formación de trabajar por la vida y fortalecer la familia’’. Amén.

Y, mientras panistas y perredistas deciden que sus legisladores voten ‘‘en libertad’’, con lo que en los hechos regalan a Televisa y a Los Pinos los cuatro votos necesarios en el Senado para que la televisora en jefe obtenga la muy favorable definición de ‘‘preponderancia’’ a partir del concepto de sector y no de servicio, lo que entre otras cosas deja libre el camino en el ámbito sumamente promisorio de los canales de paga, ¡hasta mañana, con un ex presidente llevado a prisión bajo sospechas de tráfico de influencias y violación de secreto de instrucción en un caso de presunto financiamiento corrupto de campaña electoral (ah, fue en Francia, y el detenido es Nicolás Sarkozy)!

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