El gobernador de Tabasco, el perredista Arturo Núñez Jiménez, reconoció que a pesar de las reformas políticas y electorales que ha emprendido México en las últimas décadas, en los estados subsiste la simulación democrática.

Hay asincronía, dijo, con el desarrollo político nacional. Ocurre como en la Colonia, que llegaban las instrucciones de indias, pero era un acátese, pero no se cumpla.

Durante su participación en el seminario internacional Derechos políticos, instituciones electorales, sistemas de gobierno y democracia, convocado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, agregó que hubiera querido un Instituto Nacional Electoral (INE) que se encargara de las elecciones y termináramos con los 32 organismos donde se hace simulación en los comicios.

Reunidos en el auditorio Héctor Fix Zamudio, al que acudieron el coordinador de la bancada priísta en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, y el panista Diego Fernández de Cevallos, dijo que nuestro país vive una etapa de consolidación democrática. Sin embargo, alertó que en materia de reforma electoral no nos atrevemos a hacer las cosas en firme.

Por su parte, Beltrones, consideró que muchos se han confundido al señalar la transición como si fuera la alternancia. La verdadera transición se trata del régimen político, no sólo de qué fuerza es la que asume el poder momentáneamente en los estados o a escala nacional.

Afirmó que México ha transitado de un presidencialismo “casi absoluto hasta antes de 1988, y después vivimos uno con un gobierno en la alternancia distinto al PRI; hoy tenemos una segunda alternancia con el regreso del PRI, pero apenas incluimos figuras como los gobiernos de coalición, consultas e iniciativas populares y las candidaturas independientes, las que no hemos logrado concretar.

Durante su participación en la mesa Estado actual de la democracia en México, Fernández de Cevallos dijo que a pesar de los avances alcanzados con la consolidación de un régimen político y electoral más democrático, persiste la decepción de la democracia, la política, los partidos y las instituciones.

Esto es resultado, precisó, de que han fallado los ciudadanos. Hay falta de educación cívica y política de los mexicanos. Como ciudadanos nos creemos acreedores de México, pensamos que nos debe todo.

Subrayó que el cambio de las instituciones políticas se debe dar con la modificación educativo y cultural de los ciudadanos. Debemos tener calidad cívica y política para vivir en paz.