Durante el foro de inclusión financiera dijo que la marginación en el mundo se ha reducido
Viernes 27 de junio de 2014, p. 27
La pobreza en México, situación que afecta a uno de cada dos habitantes del país, ha bajado en los últimos años y no obstante se mantiene en un nivel aún elevado, aseguró este jueves Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, al inaugurar un foro sobre inclusión financiera en el que también estuvo el presidente Enrique Peña Nieto.
“Una de las cuestiones económicas más importantes de nuestro tiempo es cuántas personas pobres o extremadamente pobres –que viven con menos de 2.5 dólares por día– han salido de la pobreza en el mundo”, planteó Lagarde en la inauguración del Foro internacional de inclusión financiera, organizado por la Secretaría de Hacienda y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en el Palacio Nacional.
Muchos países de bajo ingreso y emergentes están cerrando la brecha que los separa de los países ricos en términos de ingreso. Por supuesto, dijo, va a ser un viaje largo, aunque la inercia ya existe. En el mundo, la pobreza extrema se redujo a la mitad y por primera vez en la historia hay más gente de clase media que pobre, según Lagarde.
México epitomiza estos logros: la pobreza está bajando 60 por ciento y la clase media se está duplicando en sus dimensiones en los últimos 10 años. No obstante estos avances y estos buenos números, la pobreza aún es elevada
, sostuvo.
Las cifras más recientes muestran que 53.3 millones de personas, que representan 45.5 por ciento de la población total del país, casi uno de cada dos, viven en pobreza, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Lagarde planteó que, aun con los avances logrados en reducción de pobreza, América Latina y el Caribe sigue siendo, según muchos indicadores, la más desigual del mundo. Y, dijo, la mujer en particular suele ser la más afectada por la pobreza y por un acceso limitado a oportunidades económicas y falta de servicios financieros eficientes.
La desigualdad no es sólo una cuestión moral, sino que propicia un crecimiento más lento y menos duradero en los países que la experimentan, sostuvo.
Una cosa está clara: el crecimiento tiene que ser más incluyente para que sea más sostenible, y para eso las finanzas tienen que ser más incluyentes. En el caso de pobres el acceso a los servicios financieros básicos como pagos, ahorro y seguro lleva consigo el potencial de generar enormes ventajas
, dijo.
Con un mejor acceso financiero, las familias pueden nivelar el consumo, incrementar la inversión, como por ejemplo, en educación y salud; pueden también asegurarse contra eventuales siniestros y así evitar caer en una pobreza más profunda que suele ser la consecuencia de estos incidentes.En el caso de las empresas en especial las pequeñas y las nuevas empresas, el acceso a las finanzas puede incentivar la inversión en tecnología, también les puede ayudar a expandirse, es decir, a contratar más gente e incluso a madurar a una mayor escala”, expuso Lagarde. Cuando ya llegan a la formalidad, estas empresas se constituyen como una buena fuente de ingresos para el Estado, acotó.