Jueves 26 de junio de 2014, p. a10
No pasa nada. Que Uruguay argumente ante FIFA que lo de las mordidas en el campo de juego es una costumbre local, parte de la idiosincracia y la cultura uruguaya. Es tan inofensiva como el bife, el asado de tira y la morcilla dulce. Niños y niñas la practican habitualmente en la escuela desde pequeños. No tiene intención de ofender ni lastimar a nadie.
Como en el tema del grito mexicano putos
, la FIFA tendrá que reconocer que el asunto de Luis Suárez también es un caso de relativismo cultural.