Con el triunfo son líderes del grupo A y enfrentarán a Chile
Martes 24 de junio de 2014, p. a17
Brasilia, 23 de junio.
Tras pasar un susto y con dos goles de Neymar, Brasil aplastó 4-1 a Camerún para adjudicarse el liderato del grupo A y avanzar a octavos de final, en los que tendrá a Chile como rival.
Fred y Fernandinho aumentaron para Brasil, que cuando la estaba pasando mal tuvo la fortuna de contar con Neymar, máximo artillero del certamen, con cuatro dianas en tres partidos.
El astro salió en rescate de los anfitriones con goles en la primera etapa. Abrió la cuenta a los 17 minutos, al desviar un centro de Luiz Gustavo por la derecha.
Camerún, que ya estaba eliminado, jugó suelto, dominante, y obtuvo un transitorio empate gracias a Josep Matip.
Estupor y silencio en todo Brasil a los 26 minutos, cuando Matip capitalizó un centro de Allan Nyom tras un desborde por la banda derecha frente a Dani Alves, a quien eludió dos veces en un alarde de habilidad y velocidad. Minutos después el susto fue aún mayor. Matip recibió un córner y estrelló su cabezazo en el travesaño.
Brasil se mostró frágil en la defensa ante un Camerún que encabezó armoniosos ataques que lejos estuvieron de ser contragolpes, pese a que jugó sin su figura Samuel Eto’o, ausente por segundo partido consecutivo por una lesión en la rodilla derecha.
Brasil atacó, pero atrás sufrió, hasta que Neymar ahuyentó los fantasmas pesimistas a los 35 minutos, cuando recorrió unos 10 metros con pelota dominada, se coló de izquierda a derecha ante la mirada de sus marcadores y sacó un derechazo al primer palo del arco defendido por Charles Itandje, quien estaba mal parado.
Acto seguido, los locales recuperaron la iniciativa y Camerún abusó del pelotazo. Fred llevó tranquilidad a su equipo al convertir el tercero a los 49 minutos al cabecear un centro de David Luiz.
Por entonces, Brasil llegaba con un par de toques al área rival, mientras que a Camerún le costaba más lastimar en ataque por la falta de precisión en el control de la pelota.
Tranquilizado por esa ventaja, Brasil disminuyó su presión, pero Fernandinho marcó el cuarto tras una serie de toques a los 85.
Gol más, gol menos, a esa altura lo importante ya no era hacer jugadas de lujo sino resguardar el físico para los octavos de final de una selección anfitriona que avanzó como primera de grupo, pero con sus dosis de preocupación.
La presidenta Dilma Rousseff fue la gran ausente en la tribuna de honor del Estadio Nacional. La mandataria, quien según su agenda oficial regresó a Brasilia una hora y media antes del partido después de un viaje a la amazónica ciudad de Macapá, no se animó al parecer a recorrer los pocos kilómetros que separan la residencia oficial del Palacio Alvorada del Estadio Nacional.
La arena, reconstruida para el Mundial, guarda malos recuerdos para Rousseff, quien, conjuntamente con el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, fue abucheada allí el año pasado, en el choque inaugural de la Copa Confederaciones entre Brasil y Japón.