Dilema de los deportados sin documentos: delincuencia o indigencia
Domingo 22 de junio de 2014, p. 2
Matamoros, Tamps., 21 de junio.
Ante la falta de mayores apoyos del gobierno para atender a los connacionales deportados de Estados Unidos, estos corren el riesgo de hacerse indigentes o volverse delincuentes, afirmó el sacerdote Francisco Gallardo López, administrador de la Casa del Migrante y de la Casa del Indigente en esta localidad.
Urge que se les dé un documento con más vigencia con el que se identifique a los migrantes deportados; se establezca por escrito cuál es su situación en México, una especie de identificación que les permita transitar y establecerse sin tanta vulnerabilidad
, señaló.
Expuso que la crisis que enfrentan los deportados en tránsito llevó a instancias como la diócesis de Matamoros a abrir la Casa Juan Diego, en la colonia Ampliación Solidaridad, que opera con recursos propios y donativos de los ciudadanos. Es el único albergue en su tipo en esta población fronteriza.
Nos dimos cuenta de que había muchos migrantes a la deriva originarios de muchos estados, no sólo de Tamaulipas. Al ver la indefensión en que se encontraban, expuestos a tantas cosas, nos pusimos a trabajar en su apoyo
, subrayó.
Gallardo López recordó que cuando las autoridades estadunidenses deportan migrantes mexicanos, a los de Tamaulipas los manda por Tijuana, Baja California, y a los de esta última entidad, por Tamaulipas, para hacerles más difícil el regreso a casa
.
Como administrador de los albergues, a Gallardo López le ha tocado conocer el drama de los repatriados y su conversión a un sector todavía más vulnerable: los indigentes.
Comentó que en la Casa del Indigente trabajan 28 personas de planta que en su momento fueron migrantes deportados y ya no pudieron regresar con sus familias; se quedaron aquí y empezaron a vivir de la caridad hasta llegar al estado lamentable en el que los encontramos”.
El párroco explicó que los repatriados se convierten en población flotante que sueña, en la mayoría de los casos, con regresar a Estados Unidos, por lo que nunca echan raíces ni establecen lazos laborales o familiares en la región.