Los presidentes de México y Estados Unidos, Enrique Peña Nieto y Barack Obama, respectivamente, acordaron el inicio de un trabajo conjunto a fin de diseñar una estrategia para enfrentar la oleada de niños migrantes indocumentados que viajan solos hacia el vecino país, donde ya han generado una problemática compleja.

De acuerdo con información difundida en Washington (La Jornada, 13/6/14) en lo que va del año la Patrulla Fronteriza ha encontrado 47 mil migrantes menores de edad, cifra que duplica lo reportado en 2013.

Este es un fenómeno creciente, pues hasta 2011 el número de niños migrantes que viajaban solos oscilaba entre 7 mil y 8 mil, pero pasó a más de 13 mil en 2012 y superó los 24 mil en 2013. Las previsiones del gobierno estadunidense indican que en 2014, el número llegaría a 60 mil, aunque podrían ser más con base en los reportes a la fecha.

Peña Nieto y Obama se comunicaron ayer vía telefónica para tratar el tema de los menores procedentes de Guatemala, Honduras, El Salvador y México, y convinieron en la necesidad de contar con una estrategia regional. De esta forma se concretan las gestiones iniciadas desde Washington hace unos días con los embajadores de los cuatro países involucrados para hablar de sus intereses compartidos y una estrategia de repatriación más rápida, según informó el viernes Jeh Johnson, secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos.

La llegada de niños migrantes indocumentados que viajan solos ya ha generado un problema por la saturación de los alojamientos y la necesidad de buscar espacios alternos, incluso en otros estados, para los infantes. Esto a su vez ha despertado sospechas de organizaciones civiles sobre la posibilidad de que se estén violentando los derechos humanos de los menores de edad.

Una explicación que en Estados Unidos se ha dado a la creciente migración infantil es que existe la suposición de que en estos momentos es más fácil ingresar a aquel país, ya que el gobierno no está deportando niños ni a mujeres que llegan con sus hijos menores, o bien que podrían ser beneficiarios de una eventual ley de migración.

Esto no es así porque el proyecto –todavía pendiente de aprobación por los legisladores estadunidenses– plantea legalizar la estancia de niños que hayan llegado al país en 2007 o antes. No entrarían quienes hayan ingresado posteriormente.