Mazazo chileno
ue una exhibición de principio a fin. La Roja chilena tocada hoy de blanco echó de Brasil 2014 a La Roja española, vigente campeona del mundo. Triunfo inapelable. Chile desnudó a España y le mostró el camino al cementerio. Su futbol se agotó, sus jugadores también.
La oncena española deambuló por la cancha del Maracaná. Sus jugadores eran fantasmas inocuos y amables. Falló otra vez el formidable Iker Casillas, y con él fallaron sus 10 compañeros.
Es un equipo viejo, que sentó escuela, que maravilló al universo futbolero. Revolucionó al futbol como en su tiempo lo hizo la Naranja Mecánica holandesa. Puro virtuosismo. Pero ya se agotó la veta. Toca reinventarse.
Los chilenos, derrotando a España, presentaron sus credenciales. Es un equipo recio que combina prestancia física con calidad. Sus futbolistas no conocen pausas, juegan cada bola como si del fin del mundo se tratara. Enciman al rival, lo acorralan, lo desquician. Chile es una máquina de futbol.
Acompañado de unos cuates vi el partido en un restaurante propiedad de otros cuates. El ambiente de funeral se apoderó del lugar tras el primer gol chileno. Gritamos el gol no más de cuatro locos. Nos miraron feo. Ni modo.
Cuando llegó el segundo poco antes del entretiempo, los cuatro locos volvimos a gritar el gol. El resto de los comensales hundió su cabeza en los manteles.
Alegra que una selección como la chilena haya hecho saltar por los aires a la banca apostadora futbolera. Alegra también su triunfo porque implica un relevo. Se va lo viejo, llega lo nuevo.
Igual, parafraseando al incombustible Adolfo Gilly, el estreno del nuevo rey de España, Felipe VI, no puede ser más deprimente. El sol se puso en Flandes cuando Holanda goleó al otrora imperio español.
Lejanos esos tiempos imperiales y gloriosos donde el sol no se ponía en Flandes por el tremendo dominio de la corona española. Eso ya es pasado, hasta en el futbol.
Los nuevos tiempos marcan nuevas tendencias. Aquel imperio político-militar-imperial vivió el principio del fin al perder sus bártulos en Cuba, su postrer reducto. Los gringos los mandaron de regreso a su península, como este miércoles Chile a la España futbolera.
Disfrutamos, y mucho, el futbol que brindó la selección española los últimos 10 años. Comenzó con el fallecido Luis Aragonés, hombre singular, y terminó con el impecable Vicente del Bosque. El mundo del futbol les debe mucho, como a los jugadores españoles que hoy vivieron su epitafio en el incomparable Maracaná.
Honor para esos guerreros y virtuosos que se van. Honor para los que llegan disputándose la supremacía del incomparable universo futbolero.
Croatas ni sudaron
Se cumplió el pronóstico y Croacia arrasó a los anárquicos camerunenses que acabaron peleándose sobre la cancha. Los croatas no sudaron más allá de lo necesario, porque su africano rival resultó ser una pera en dulce.
El lunes este país volverá a paralizarse. México se juega su futuro, pero el problema es que Croacia también. Se avista un duelo de alto voltaje, no apto para personas que padecen problemas cardiacos.
Da la impresión de que los croatas son más enemigos que los brasileños, que ya es decir. Tienen un juego que fácilmente puede indigestar el estómago tricolor. Son pesados, son técnicos, son peor que un dolor de… cabeza.
Croacia está obligada a ganar, y con esa actitud saltará al campo de juego. A México le basta y sobra con empatar. Y aquí está la incógnita. Arduo trabajo tiene ante sí el técnico Miguel Herrera. Mal, si salen atacando; peor, si salen defendiendo el empate. ¿Hay término medio?
Twitter: @josetxoZ