Lunes 16 de junio de 2014, p. 4
Aunado a que la reforma energética no proporciona los mecanismos suficientes para que Petróleos Mexicanos (Pemex) pueda competir en igualdad de condiciones con las trasnacionales, se suman otros factores en la economía nacional que inhibirán esas posibilidades, aseguró Francisco Garaicochea, presidente del Grupo Ingenieros Petroleros Constitución de 1917.
Explicó que las compañías nacionales obtienen financiamiento con tasas de interés mucho mayores que las transnacionales, además de que el contenido de bienes de capital desarrollado y fabricado en México es muy bajo.
En México hay una ausencia de financiamiento a tasas competitivas, por lo que de inicio existe una desventaja de la planta productiva nacional, dijo.
En las modificaciones a las leyes secundarias enviadas por el Ejecutivo se elevó el contenido nacional de 25 a 35 por ciento con respecto a la propuesta original; sin embargo, este límite sigue siendo bajo si se compara con el establecido en Brasil, donde es de 70 por ciento.
Cargos desmedidos
Por otro lado, las trasnacionales presentan a Pemex cargos por sus servicios de tres a cuatro veces mayores que los reales o al que cobrarían en sus países.
Estas compañías generan empleos y pagan impuestos en sus países, donde fabrican los equipos y herramientas que utilizan en México. Adicionalmente, el desarrollo tecnológico de las compañías extranjeras es superior al de Petróleos Mexicanos y el de las compañías privadas nacionales.
A su vez, Pemex depende totalmente de las trasnacionales para registrar y analizar la información tomada de los pozos, datos que permiten obtener la cantidad de hidrocarburos en los yacimientos; además, compañías como Schlumberger y Halliburton le perforan y fracturan por cuenta y orden de la petrolera mexicana una gran parte de los pozos.
Otro aspecto que inhibirá la competencia es que la infraestructura nacional para extraer hidrocarburos en formaciones de lutitas es muy inferior a la que tienen las compañías que producen gas y petróleo en la cuenca de Eagle Ford, en Estados Unidos, que se extiende hacia México, por lo que los costos de producción aquí resultan dos o tres veces mayores que los de las compañías que operan en el otro lado de la frontera norte. Asimismo, el costo de la energía en México, como el de la electricidad, el gas, la gasolina, es superior al de Estados Unidos.