Domingo 15 de junio de 2014, p. a24
Los únicos usos permitidos para el agua son beber, el aseo personal y para los inodoros. Así dicta la ley de emergencia contra la sequía. Son las restricciones durante una agobiante ola de calor que azotó a Londres en 1976. Y Robert Riordan ha salido a las 6:45 de la mañana a buscar el periódico, como lo ha hecho durante más de 30 años, aun ahora que está jubilado. Pero la mañana del domingo 18 de julio algo cambió el transcurrir cotidiano de la familia Riordan: el padre no volvió, ha desaparecido.
El retrato de una familia irlandesa en crisis durante la legendaria ola de calor que azotó la capital británica es lo que dibuja en su sexta novela Maggie O’Farrell, quien nació en el norte de Irlanda en 1972 y vive en Edimburgo. Es una de las voces jóvenes sobresalientes en la literatura británica, que sedujo a la crítica desde su primera novela After you’d gone.
Un thriller que va hurgando más allá del engaño, un relato envuelto en la atmósfera del sofocante calor que provoca pegajosas ropas húmedas, moribundos jardines ocres y total fastidio. En el fondo subyace la historia de personajes singulares, que al mismo tiempo recuerdan a cualquier familia.
Ante la contingencia, Gretta, católica y arraigada a sus tradiciones irlandesas, la esposa que sacó adelante a la familia, llama a sus tres hijos, arrebatándolos de su vida cotidiana, con sus problemas de adultos.
Título: Instrucciones para una ola de calor
Autora: Maggie O’Farrell
Traducción: Sonia Tapia
Editorial: Salamandra
Número de páginas: 320
Precio de lista: 285