Un pacto por México que considere a los empresarios como intocables, ya que se debe confiar en ellos porque generan los empleos del país, sean o no transas e incurran en la corrupción, exigió Raúl Picard, presidente de la comisión de comercio exterior de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) al participar en el 26 Simposium del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), donde dirigentes empresariales y analistas del sector privado arremetieron contra la reforma fiscal por las afectaciones que ha producido en las empresas y el estancamiento del mercado interno, la inversión y el empleo.

El gobierno está exagerando. Nos está viendo como los grandes estafadores de México que tenemos que ser supercontrolados porque somos una bola de transas. Tiene que confiar en nosotros, no les queda otra. Seamos o no transas, tiene que confiar en nosotros porque nosotros vamos a generar los empleos, no el gobierno. Y más le vale que se una, que se ponga de este lado y nos ayude porque la solución es el empleo y los jóvenes que salen de la universidad deben tener una expectativa de vida en dos o tres años, pero nosotros no podemos dar nada así, espetó Picard, quien fue presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) de 2000 a 2002.

El dirigente empresarial exigió un cambio de actitud. A un empresario, dijo, no se le puede tocar. Los empresarios e industriales se tienen que volver in-to-ca-bles porque son unos verdaderos héroes... Esto es un pacto, un pacto por México. Al emprendedor hay que respetarlo y cuidarlo porque te quita el problema del empleo y de los jóvenes sin hacer nada, advirtió, y sus declaraciones le acarrearon dos rondas de aplausos de los asistentes y panelistas del foro del IMEF.

Picard dijo también que las leyes en este país están hechas para hacer corruptos y 90 por ciento de los empresarios caen en las mordidas. Necesitamos, agregó, reactivar el mercado interno porque si no hay consumo ¿para qué fabricamos? Yo pediría a Luis Videgaray, secretario de Hacienda, que dejara que se deduzca el consumo, porque ahora el consumo sólo se está dando en la informalidad. Consideró que la gente que pierde su empleo cae en la informalidad y ésta ha crecido porque se mantiene bien y si la quitamos se arma la revolución.

Además de los nuevos impuestos y obligaciones, las empresas padecen retrasos de más de un año en la devolución del impuesto al valor agregado (IVA) y auditorías por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en castigo por la mala actuación de algunas compañías que meten facturas chocolatas (apócrifas), dijo Picard.

A su vez, Juan Ignacio Gil Antón, presidente del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), aseguró que la reforma fiscal cayó como un cubetazo de agua fría y afirmó que los funcionarios del gobierno federal requieren ser humildes y les hace falta calle para entender y ser sensibles ante los problemas de los empresarios pequeños y grandes.

Es una reforma que lo que hace es desincentivar el crecimiento de nuestra economía y del mercado interno. Fue como un cubetazo de agua fría porque nosotros veíamos que íbamos para arriba, y de repente ¡chin!, nos mete en esta dinámica del estancamiento y de la mediocridad, aseveró.