onforme se acerca la fecha crucial, el discurso de Miguel Herrera adquiere tonos más realistas. De la promesa hecha en televisión de brindar con champán a su regreso para celebrar la conquista de la Copa del Mundo en Brasil, ahora, a escasas horas de su debut en Natal, puso los pies en suelo firme y consideró que para el Tri sería un Mundial exitoso si logran el soñado quinto partido.

No importa que Ricardo Peláez hable de armas secretas; en estos momentos, la única arma que Herrera puede esgrimir es su discurso motivador. Ese con que zarandeó a sus jugadores en el medio tiempo del partido frente a Portugal y que derivó en la reacción agradable que abrió un margen a las ilusiones, pese a la derrota.

En lo técnico y táctico poco queda por hacer. El viernes en la noche, tras la derrota 1-0 en Foxborough, el seleccionador se mostró satisfecho con la reacción de los suyos en el segundo tiempo y, diligente, lo transmitió en su Facebook. Hubo todo tipo de reacciones. No cabe duda que el Piojo encontró el aplausómetro ideal para medir la aprobación y rechazo.

Luego de su exabrupto por lo ocurrido en el juego amistoso ante Bosnia y su calificativo de marranada y cerdada a la decisión del técnico rival de variar su alineación, y de reclamar ante micrófonos la aparición de un cerdito pintado en la pared, Herrera tuvo que pedir disculpas y moderarse.

Hoy el equipo jugó muy muy bien. Tenemos una selección muy competitiva, escribió Herrera la noche del viernes. Su escueta frase cosechó cientos de comentarios, fueron menos los elogios y más los insultos. El tono fluyó desde el irónico: Seguro yo miré otro partido; el molesto: Si no ganas eso vale madres, y el chusco: “¿Neta wey?” con el expresivo y burlón rostro de la actriz Carmen Salinas.

La indecisión para designar portero titular se trasladó a esa ventana. Resultó notoria la exigencia en las redes sociales en el tema de los porteros. Guillermo Ochoa es el consentido, algunos pujan por Jesús Corona, mientras a Alfredo Talavera le falta carisma y tener una televisora como respaldo.

Al técnico no sólo le llueven mentadas e insultos –incluso para su hija menor, bautizada como Lady Piojita–, también le dan consejos tácticos, palabras de aliento ante el reto en puerta, hay incluso quien le sugiere la alineación ideal, y todo indica que Herrera, al menos, echa un vistazo.

Dicen que los estrategas son tercos y siempre se mueren con la suya. Esta vez no será la excepción, Miguel hizo caso omiso a las opiniones de quienes pedían desde hace semanas un once titular; tampoco quiso desvelar el nombre del guardameta para darle tiempo de trabajo, de entenderse con sus defensas. Optó por mantener casi hasta el final la llamada competencia sana por la titularidad.

Así, la lucha interna seguirá hasta el último momento, aunque está claro que el Piojo, quien anhela un periodo de cuatro años hacia Rusia 2018, buscará en la cancha hacer algo sorpresivo a través de Raúl Jiménez y Carlos Gullit Peña, a quienes hasta ahora ha mantenido con bajo perfil.

Desde el sábado en la noche México pudo palpar la hospitalidad y alegría brasileña a su llegada a la localidad de Santos, su sede mundialista. Fue cuestión de minutos para enterarnos de primera mano, cuando Herrera –azuzado como siempre por esa ansiedad de decirlo todo– tuiteó varias veces para compartir con imágenes aspectos del cálido ambiente que los acogió.

Unas cuantas horas de aclimatación, sesiones para fortalecer el ánimo tras dos derrotas y todo estará listo. El técnico campeón mundial Sub-17, Jesús Ramírez, espera que su hijo Diego, auxiliar de Herrera, tenga suficiente espacio, energía y la vehemencia necesaria para pedir a los jugadores que se proyecten triunfadores, que se visualicen dando el Mundial de sus vidas, tal como Chucho hizo con sus dirigidos en 2005.

Lo que todos tienen claro es que para tener éxito en el llamado Mundial de las lesiones (por las más de 20 bajas previas al arranque, incluido Luis Montes) no hay opción, el día 13 se debe vencer a Camerún. En las horas recientes causó cierta alegría la noticia de que los leones indomables retrasaron su arribo a Brasil por una inconformidad en torno a los premios. Sin embargo, está claro que es un equipo veloz, peligroso y de gran fortaleza física.

El draft no pierde su tono gris. Quizá el único campanazo resultó la transferencia de Lucas Lobos de Tigres al Toluca, controvertido movimiento por la inconformidad de la afición regiomontana, que pierde a uno de sus máximos ídolos. El público de Cruz Azul tampoco recibió con agrado la noticia del pase de Francisco Javier Rodríguez, procedente del América, uno de los equipos que más detesta.

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