Pocos representantes occidentales asisten a la ceremonia
Lunes 9 de junio de 2014, p. 23
El Cairo, 8 de junio.
El ex jefe del ejército egipcio Abdel Fatah Sisi juró hoy como presidente del país por un periodo de cuatro años, en una ceremonia con poca presencia de aliados occidentales, preocupados por la represión contra la disidencia tras el derrocamiento del islamita Mohamed Mursi el año pasado.
El nuevo presidente, de 59 años, llamó a los egipcios a trabajar para proteger y desarrollar sus derechos y libertades.
Juro por Dios preservar el sistema republicano, respetar la Constitución y la ley, velar por los intereses del pueblo y mantener la independencia e integridad territorial de la nación
, señaló Sisi durante la ceremonia de traspaso de mando en la sede del Tribunal Constitucional.
A la toma de mando asistieron el presidente interino saliente Adli Mansur, magistrados de la corte, miembros del gabinete egipcio, el líder religioso de Azhar –la principal institución sunita en el país– Ahmedal Tayeb, y el papa copto Teodoro II, así como varios jefes de Estado y de gobierno, entre ellos el presiente iraní, Hassan Rohani. También asistieron los reyes de Bahrein, Jordania y Kuwait, así como el príncipe heredero saudita.
Estados Unidos no envió a ningún funcionario de alto nivel, para mostrar su descontento con la evolución del proceso democrático en el país. La Unión Europea envió a sus embajadores acreditados ante El Cairo. La mayoría de los países se limitaron a felicitar al nuevo presidente tras la elección.
El mariscal, quien se retiró del ejército para participar en los comicios de finales de mayo, ganó sin sorpresas con 96.9 por ciento de votos frente a su único rival, el líder de izquierda Hamden Sabahi.
Sisi encabezó el golpe de Estado después de que cientos de miles de egipcios salieron a las calles para reclamar la partida de Mursi, quien llevaba un año en el poder. Desde la destitución y detención del presidente islamita, las autoridades reprimen con mano dura las voces disidentes.
Varias organizaciones de defensa de derechos humanos denuncian que el régimen liderado por Sisi es aún más autoritario
que el del derrocado presidente Hosni Mubarak en 2011, quien gobernó durante casi tres décadas.
Los partidarios de Mursi han sido las principales víctimas de la represión que ha dejado más de mil 400 muertos y cerca de 15 mil detenidos, cientos de ellos condenados a muerte tras la celebración de juicios colectivos, sobre todo de los integrantes del partido religioso Hermandad Musulmana, que llevó a Mursi al poder.
Tanto la Hermandad Musulmana como otros grupos opositores llamaron al boicot de estos comicios, en los que el régimen aspiraba a ganar legitimidad movilizando masivamente a la población, algo que no consiguió, según algunos analistas.