Con sobreprecio, las envía con algún proveedor de implantes
Domingo 8 de junio de 2014, p. 34
En el Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), las pacientes atendidas por cáncer de mama tienen la opción de la cirugía reconstructiva, lo cual es muy bueno
, pero cuestionable cuando intervienen intereses económicos que ponen en duda la credibilidad de los médicos, afirmaron pacientes respecto de la actitud de una doctora, quien determina los precios de los implantes que vende un particular y extiende recibos de honorarios que sustituyen la factura del producto.
Una alternativa luego de la mastectomía (extirpación de uno o ambos senos) es la cirugía reconstructiva en el mismo nosocomio. El Seguro Social no cubre el costo de los implantes, por lo que aunque el servicio está abierto, en realidad acceden sólo quienes pueden cubrir los gastos.
Las experiencias de las denunciantes coinciden en lo esencial: la atención médica que reciben de la doctora Lizeth Pérez Ferrel es de calidad y con trato digno. Por las condiciones en que llegamos al servicio de cirugía reconstructiva, aún afectadas por el tratamiento de quimio y radioterapia, no cuestionamos nada.
Por eso, comentaron, al principio no les llama la atención que luego de la evaluación para determinar si son candidatas a la operación quirúrgica, la doctora recomiende el lugar e incluso la persona a la que debemos buscar para comprar el material (expansores de piel e implantes)
. La Jornada solicitó al IMSS información sobre el tema, pero no hubo respuesta.
Las usuarias tampoco cuestionaron que, en algunas ocasiones, el pago se realizara mediante un depósito a una cuenta bancaria a nombre de la especialista, lo que acreditan con la copia del documento.
Los problemas surgen cuando por alguna razón Pérez Ferrel se enoja y agrede a las pacientes, o como pasó con una de ellas, a la que dio indicaciones para que comprara los implantes y semanas después le dijo que cancelara la operación –que la paciente ya había pagado– y fuera con otro proveedor.
La derechohabiente atendió las indicaciones. Afuera del consultorio en el hospital encontró al hombre que le vendería los dispositivos y le dio un precio, pero a los pocos minutos Pérez Ferrel salió para aclarar
el monto que la paciente debería pagar: alrededor de 5 mil pesos más de lo que el vendedor le había dicho originalmente.
La mujer pagó con un depósito a una cuenta bancaria de Pérez Ferrel. Aunque el cambio generó dificultades para la paciente, siguió con las indicaciones porque mi principal interés era la cirugía reconstructiva
. Ahora se pregunta si la conducta de la doctora es la correcta y si el IMSS sabe y autoriza las transacciones que la especialista gestiona.