Jueves 5 de junio de 2014, p. 4
Lisboa, 4 de junio.
Con la primera visita de Estado de un presidente mexicano a Portugal desde 1998, Enrique Peña Nieto viene en la búsqueda de incentivar los intercambios comerciales entre ambos países, cifrados actualmente en 482 millones de dólares.
Asimismo, otra intención del mandatario mexicano –quien llegó hoy a Lisboa acompañado por seis secretarios de Estado y el procurador general de la República– consiste en persuadir sobre las bondades para invertir en México a partir de las reformas estructurales aprobadas el año pasado. Portugal, de acuerdo con datos de la propia Presidencia de la República, representa apenas la 14 fuente de inversión extranjera directa en México entre los países miembros de la Unión Europea y la 39 a nivel mundial.
En 2014, los dos países cumplen formalmente 150 años de relaciones diplomáticas –con una interrupción durante 11 años al estallido de la Revolución Mexicana– y, no obstante esa antigüedad, sus instrumentos de cooperación son exiguos. Hay así, por ejemplo, un convenio cultural y científico firmado en 1977, y otros ‘‘en negociación’’ en materia de reducción de la demanda y lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, transportes aéreos, revalidación de estudios, cooperación de eficiencia energética, y con la Secretaría de Educación Pública en materia de tecnologías educativas.
Por ello, una parte central de la agenda de Peña Nieto es su participación en un seminario empresarial donde estarán presentes inversionistas de los dos países, el viernes por la mañana. Atraer la atención del capital privado resulta, a final de cuentas, un objetivo común para los gobiernos de México y Portugal, que tiene puestos sus ojos en las economías de Brasil y Argentina.