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Rousseff defiende legado del Mundial

Huelga de trabajadores del metro de Sao Paulo, hoy
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El Movimiento de los Trabajadores sin Techo hizo una manifestación frente a la Arena de Sao Paulo (donde se inaugurará el Mundial el 12 de junio), en demanda de vivienda, mejores servicios públicos y contra el gasto excesivo en el certamen. Ahí mismo protestaban unos 400 policías militares en retiro y familiares que pedían mayores pensionesFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de junio de 2014, p. a14

Sao Paulo, 4 de junio.

Los trabajadores del metro de Sao Paulo, que acoge el partido inaugural del Mundial, iniciarán una huelga indefinida a partir de este jueves, en una nueva paralización que sacude a Brasil a ocho días de iniciar el torneo.

El paro, que afectará a unos 4.5 millones de usuarios en la capital económica del país, se inicia a partir de la primera hora, informó un portavoz sindical.

Ninguna de las líneas del metro operará y las estaciones permanecerán cerradas. La decisión se tomó luego de fracasar las negociaciones por un aumento salarial de 16.5 por ciento con la empresa que opera el sistema.

El metro es uno de los medios de transporte más usados para ir al estadio Arena Corinthians –popularmente conocido como Itaquerao–, donde se disputará el partido inaugural del certamen entre Brasil y Croacia.

El sindicato, que representa a unos 9 mil 700 empleados, rechazó una propuesta de aumento de 8.7 por ciento e indicaron que no volverán al trabajo hasta que sobre la mesa haya una oferta de al menos 10 por ciento de aumento.

Si hay dinero para el Itaquerao y el Mundial, ¿cómo no tienen para el transporte público?, zanjó el presidente del sindicato, Prazeres Juniors, en una asamblea, en la que prometió una huelga histórica, según informó el diario O’ Estado de Sao Paulo.

Antes, la presidenta brasileña Dilma Rousseff defendió el legado del Mundial ante las críticas sobre el elevado costo de los estadios y los atrasos en las obras. Destacó que la mayoría de la inversión pública en el certamen es para Brasil y no para el torneo en sí.

Defendió las obras y aseguró que muchas ciudades no las habrían planificado en años, aunque reconoció que buena parte se terminarán después del torneo.

Rousseff expresó que Brasil no tiene por qué escuchar consideraciones indebidas sobre su capacidad para cumplir los acuerdos ni sobre su propia soberanía.