Hay razones para estar escépticos con la selección mexicana que participará en el Mundial de Brasil. Miguel España lo dice con la solvencia de ser ex integrante del único Tricolor que ha jugado un quinto partido, en el Mundial de México 1986. Prefiere ser lo más objetivo posible y no alimentar falsas expectativas. Las ilusiones opta por mantenerlas a ras de suelo.

La razón más poderosa para no ser ingenuos en la próxima Copa es que la selección ha tenido poco tiempo de entrenamiento y todavía no se nota la integración colectiva. A eso España le suma la acumulación de partidos de preparación que pueden ser contraproducentes, pues es demasiada la carga física para los jugadores.

Sin embargo, considera que ese clima de desconfianza puede ser favorable para el equipo porque le resta presión: Si antes había grandes expectativas, ahora hay dudas. Muchos piensan que nos vamos con las manos vacías, pero eso deben canalizarlo porque sin grandes expectativas tienen todo para ganar y nada que perder.

España piensa que eso puede aliviar la carga moral de los jugadores, pues si antes se sentían obligados a clasificar a cualquier precio, ahora sólo tendrán que concentrarse en mostrar la mejor versión del juego mexicano.

Hasta el momento en la selección han pensado hasta lo más alto, en el quinto partido y hasta en ser campeones del mundo. Con estos cuestionamientos lo que yo haría es trabajar y no dar muchas declaraciones en ese sentido, recomendó.

España es partidario de hacer un ejercicio de autocrítica, reconocer que México nunca ha sido una potencia en el futbol y dejar de soñar que se le puede ganar a España, Alemania o Italia, a los equipos favoritos para alzar la Copa.

Primero tenemos que ubicar qué lugar ocupa nuestro futbol en el mundo, antes de pensar que podemos vencer a las potencias.

Recordó una anécdota, en la que sus compañeros de selección especulaban con ganar una Copa –no especificó cuál–, pero todos esos sueños se disolvieron con el comentario de la esposa de uno de los jugadores, quien les dijo: Sí, van a ganar el Mundial, pero para que eso suceda se tienen que dejar vencer Argentina, Brasil, Alemania, Italia, etcétera.

Recomendó prudencia, porque hay algunos signos preocupantes en el equipo que dirige Miguel Herrera, que el martes perdió 1-0 ante Bosnia. En ese duelo se vio un Tri que no gustó y a un técnico que se alteró, indicó España.

Lo que ocurrió es que por primera vez se le complicaron las cosas. Ojalá Miguel encuentre la manera de cómo solucionarlo, porque si la cabeza del entrenador no está clara, los jugadores empezarán a percibirlo.

A eso se suma que las lesiones del encuentro contra Ecuador, la de Rafael Márquez, y sobre todo la de Luis Montes, golpearon anímicamente al equipo.

Ayer la selección nos mostró una cara que no nos gustó. El equipo no llegó como esperábamos. Las cosas empiezan a complicarse y aquí es dónde hacen falta líderes. El equipo va a marchas forzadas, puntualizó.