uis Montes se rompió la pierna y de paso le quebró la cintura al equipo de Miguel Herrera, quien sólo había dedicado halagos a su capitán Rafael Márquez, pero que ante la baja irremediable del Chapito llegó a la aciaga conclusión de que se ha quedado sin el jugador que mejor venía funcionando en la liga.

Montes estaba llamado a ser la bujía de la selección en tierras brasileñas, tal como lo hizo con La Fiera, donde fue pieza clave para conseguir el bicampeonato. En la final del Clausura 2014, en el estadio Hidalgo, fue el mejor hombre sobre la cancha, a pesar de que en el partido de ida había sufrido una lesión en un tobillo.

Con ese arrojo que lo caracteriza, rechazó perderse la disputa por el título y jugó infiltrado. Irónicamente señaló que volvería a infiltrarse en el Mundial si fuese necesario. Tanto ímpetu lo cegó y el sábado disputó un balón intrascendente como si en ello le fuera la vida, con tal enjundia que no sólo acabó con su sueño, sino también con el de su colega ecuatoriano.

Al Piojo Herrera le queda hoy el recurso de echar mano de su desbordado optimismo –ese que lo ha llevado a asegurar que volverá desde Brasil con el trofeo en alto–, reanimar a su desconcertado equipo y desprenderse ya, a escasos días del Mundial, del discurso encendido que incita a la competencia interna en todo momento.

Un mensaje equivocado con el que sólo ha conseguido que los jugadores se lancen como caballos desbocados en cada jugada, que los porteros –sobre todo Jesús Corona y Guillermo Ochoa– estén llenos de dudas, esperanzas e incertidumbre respecto a la titularidad... A estas alturas el equipo debería estar ensayando variantes y jugando los amistosos con mesura e inteligencia.

La mala fortuna (sobrecarga de actividad de los jugadores o mala calendarización de los torneos) planea amenazadora sobre el Tri con más fuerza que a lo largo de la deplorable eliminatoria. Ya padeció la baja por lesión de Juan Carlos Medina, doloroso porque como señala la elegante frase, el Negrito ya conocía la filosofía y el estilo del técnico.

El juego de despedida en el estadio Azteca, ante Israel, estuvo cerca de arrojar saldo negativo, cuando otro jugador impetuoso y menos fino, Francisco Maza Rodríguez, noqueó al portero Chuy Corona en jugada accidental.

Un nocaut mayúsculo hubiese significado otra fractura, como se temió en Márquez Álvarez. Todo quedó en un susto… Ahora se recurre a la operación Shangai, con el llamado hasta tierras asiáticas de Javier Aquino, para poner otro parche a la selección, que se suma al arribo anterior de Miguel Ponce.

En esas circunstancias, con el tiempo encima y sin trabajo suficiente de por medio, el Gullit Peña está llamado a ganar protagonismo. Oribe Peralta y Giovani dos Santos serían el eje del ataque, porque esa dupla funcionó bien en Londres 2012, explicó Herrera. Las piezas americanistas Raúl Jiménez, Maza Rodríguez, Miguel Layún y Paul Aguilar sin duda tendrán seguro acomodo en el rompecabezas tricolor.

Como vaticinó el ex timonel uruguayo Carlos Miloc, ante Camerún (que ayer sorprendió al empatar frente a Alemania), el día 13, se verá a una oncena armada a la mexicana: que jamás había jugado en conjunto, porque seguramente ante Bosnia y quizá tampoco ante Portugal pueda estar recuperado Rafa Márquez. Calamitoso panorama.

Otro magnate mexicano entró al quite y resolvió el apuro que traía fritos a los federativos. Grupo Imagen, de Olegario Vázquez, será la empresa que conducirá el destino de los Gallos Blancos. Se acabó el tiempo de andar pidiendo ayuda hasta para los traslados y hoteles. La perspectiva es buena para Nacho Ambriz y sus pupilos, que durante la crisis se sublimaron y jugaron con orgullo y pundonor.

Como se esperaba, los Tuzos del Pachuca hicieron oficial su cambio de televisora. Los partidos del subcampeón serán transmitidos por Fox Sports, mientras los Leones Negros de la UdeG tienen toda la intención de mantener su lealtad hacia TVC Deportes, que los transmitía desde la liga de ascenso, aunque Televisa y Fox mantienen el acoso sobre el equipo recién ascendido.

El draft de Cancún se ha convertido en la cita social de los directivos de equipos a la que pocos van a comprar. Las transferencias, los intercambios y los préstamos principales ya están pactados. Uno de los más sonados es el pase de Ángel Reyna a las Chivas y nada parece superar la bomba que significó el fichaje del Cepillo Peralta al América.

La sorpresa de la semana fue el cese de José Luis Sánchez Solá de timón escualo. El famoso Chelís de rasposo carácter debió dejar inesperadamente del equipo que recién salvó. Al quite llegará Cristóbal Ortega, por cierto acompañado de Carlos Reinoso, quien ya fue timonel, directivo y sólo le faltaba la etapa como auxiliar técnico del plantel del puerto.

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