Padres de familia y docentes aseguraron que las 15 acciones anunciadas por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para combatir el acoso escolar son más de lo mismo. Señalaron que en estas medidas no se incluye el análisis del contexto social en el que están inmersos los hogares y centros escolares, porque la violencia en las calles, la pobreza y el desempleo no lo generan las familias.

Gabriela Cano, madre de una alumna de primaria en Iztapalapa, destacó que es una preocupación de toda la comunidad escolar el acoso hacia nuestros hijos, pero no es sólo un problema de la escuela o que venga únicamente de nuestras casas. Enfrentamos un sistema económico que nos obliga a trabajar todo el día para completar los ingresos, pero la degradación del entorno social no es nuestra responsabilidad.

Al participar en el IV Encuentro Nacional de Madres, Padres y Tutores en Defensa de la Educación Pública, al que acudieron representantes de ocho entidades, agregó que la violencia escolar se incrementó de forma terrible.

Por ello, indicó que en el encuentro, cuyas conclusiones se darán a conocer hoy, “abordaremos el bullying, porque como padres tenemos propuestas y demandamos ser escuchados”.

Pedro Hernández, del magisterio disidente de la capital del país, agregó que también se analizará la autonomía escolar, pues con su aplicación prácticamente se deja a las familias el peso del mantenimiento escolar e incluso de proveer de materiales educativos.

En una entrevista, Enrique Enríquez Ibarra, secretario general de la sección 9 del Distrito Federal, añadió que en las escuelas los maestros ya estamos haciendo todo lo que podemos para frenar el acoso escolar, pero hay una percepción de que todo lo genera la escuela, y no es así.

Indicó que los casos más recientes de acoso escolar que han cobrado la vida de alumnos de educación básica se han generado en estados asolados por la violencia. Y es un factor que no se quiere reconocer. Hay un impacto en los menores de lo que está ocurriendo en las calles, de lo que transmiten los medios masivos de comunicación.

No se trata, dijo, de responsabilizar de todo a los padres. Muchos de ellos salen a trabajar gran parte del día para tener un sustento para sus familias. Y si éstas dejaron de ser un espacio de comprensión y desarrollo afectivo, en parte se debe al contexto que enfrentan para poder sobrevivir.

Tras participar en la instalación de las mesas de trabajo del primer Congreso Nacional de Educación Especial, Enríquez Ibarra destacó que el tema de la discriminación en las aulas también pasa por la falta de un proyecto nacional de educación especial, porque se habla de una escuela incluyente a la que no se le quiere dotar de recursos, infraestructura, y sobre todo del personal especializado que se requiere para atender a alumnos con capacidades diferentes.